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INTELIGENCIA EMOCIONAL Y DESEMPLEO

OPINIÓN
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[Img #40499]Sabemos que el desempleo puede generar estados emocionales indeseados.  Un largo período de inactividad, puede derivar en que la persona descuide hábitos tan básicos como el sueño, la higiene, la comida, las relaciones sociales o incluso, puede desarrollar conductas de carácter adictivo. Es un deterioro definido por la OMS como Bio-psico-social.

 

Estamos acostumbrados a recopilar e integrar ideas negativas sobre nosotros mismos, cuando nos encontramos en esta situación, y es un error.

 

Debemos aprender las habilidades necesarias para no sentirnos así y modificar esos pensamientos negativos, a pensamientos positivos, para economizar energía y emplearla para fines más productivos y óptimos.

 

La pérdida de empleo genera una sensación de “posición social” no valorada y esto, unido a la falta de habilidades sociales, puede ocasionar un sentimiento de inferioridad ante otras personas con un puesto de trabajo y por tanto, mayor nivel adquisitivo. Por todo ello, la autoestima se afectada negativamente, con consecuencias nada deseables. El desempleado se suele autoprogramar para el fracaso  considerando que sus aptitudes, nos son las que se exigen, y sintiéndose “único responsable” en esta situación.

 

Las habilidades sociales que aprendemos con el uso de la inteligencia emocional, es precisamente, para que, emociones como la ira, ante esa situación, no nos lleve a una conducta depresiva, sino a un sentimiento de aceptación para poder afrontar la situación y modificar actitudes erróneas. Ello provocará sentimientos positivos y una mejor predisposición a la consecución de  empleo.

 

Debemos darle especial importancia a la toma de conciencia del propio estado emocional, conocer  los puntos fuertes personales y descubrir la forma de desarrollarlos. Gestionar las propias emociones, nos puede enseñar a diseñar estrategias realistas, para alcanzar los deseos personales y las metas. Debemos aprender a motivarnos con emociones que nos aporten positivismo, y evitar distorsionar la percepción real. Somos nosotros los que tenemos que poner remedio a la situación y llegar a sentir que vamos a lograrlo, acompañándonos de paciencia, garante de persona emocionalmente inteligente, que nos asegura hacer las cosas con calma, y con esa energía, dirigida al objetivo deseado. La queja es inútil. Solamente nos sirve para malgastar energía en algo que no nos va a ayudar y  esa energía, debemos emplearla para fines reales y positivos.

 

Las personas, valemos por lo que somos, no por lo que hacemos, o por un estatus social que permite el derecho de un puesto de trabajo. La persona emocionalmente inteligente, piensa que las fuerzas están dentro de ella y no externas a su vida.

 

Reinventarse a uno mismo para construir nuevas ideas y obtener nuevos resultados, es algo que no conviene dejar de lado.  La resistencia psicológica es un factor clave para buscar trabajo. Debemos pensar, que una situación de desempleo, mirado desde el punto de vista de una persona con inteligencia emocional, puede ser vista como una oportunidad para fortalecer su persona, en vez de como una amenaza que nos va debilitando. Podemos elegir, ser víctimas o  dueños, de nuestra persona y por tanto, de nuestras emociones.

 

La responsabilidad implica aprendizaje de lo que en ese momento estamos viviendo, no  culpabilizarse. Una persona emocionalmente inteligente, sabe recuperarse de acontecimientos angustiosos. Sabe que timón de su vida, lo dirige ella, no las emociones negativas.

 

El cambio personal mediante la inteligencia emocional comienza por el autoconocimiento y la liberación de bloqueos interiores. Las tres figuras líderes en mi opinión, son el autoconocimiento, la autogestión y la automotivación que implica un compromiso personal con ese cambio.

 

La persona emocionalmente inteligente, lo es o no, no de una forma externa a la persona, por la profesión que realice o a lo que se dedique, sino por la actitud ante los retos que la vida le plantea.

 

La inteligencia emocional ante los  problemas, es un ARTE: El arte de una persona comprometida a extraer el jugo del aprendizaje, de cualquier situación complicada que la vida le plantea. Que esta actitud, le haga crecer y adquirir una calma interior, para predisponer a la persona a un pensamiento positivo y con ello a la acción dirigida a la movilización y no al bloqueo.

 

Como apunte final, una persona que desarrolle bien sus emociones, es más fácil que esté predispuesta a encontrar empleo. Tendrá la capacidad de persistir debido a la óptima gestión en sus habilidades mentales. Será fuerte para  desechar las emociones desagradables al ser capaz de gestionar los hábitos mentales que definirán su éxito.

Un abrazo intenso.

 

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