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EL “DOWNSIZING”. EFICIENCIA SIN PASIÓN

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El sangrado a impuestos sobre el carburante y las modas “eco” han conseguido que los fabricantes de motores realicen auténticas máquinas de eficiencia en pocos centímetros cúbicos pero sin ninguna gracia.

[Img #40677]Por motivos que no vienen al caso, llevo varios días conduciendo un Ford Focus con motor EcoBoost. Es un tricilíndrico de 1.000 centímetros cúbicos. Lo he llevado por ciudad, carretera y autovía y me he formado un juicio de valor sobre los denominados motores “downsizing”.

 

 

Podemos traducir el término “downsizing” como “reducción de talla”. En el caso de los motores que nos ocupa se refiere a una reducción del cubicaje de los mismos. Esta nueva moda está más extendida entre los motores de gasolina pero también está desembarcando en los motores diesel. Los fabricantes consiguen, teóricamente, contener los consumos y bajar las emisiones con motores pequeños dotados, eso sí, de turbocompresores.

 

 

Reconozco que tenía ganas de probar en profundidad uno de estos motores. Mi espíritu me decía que no podían hacer tanta magia. Que para sacar rendimiento y fiabilidad hay que hacer motores grandes. Y lo cierto es que me he quedado a medias. ¿Por qué a medias? Porque cumplen solo en parte con lo prometido.

 

 

Es cierto que consumen poco. Pero en cuanto le exiges en adelantamientos o circulas por autovía un poco por encima de la velocidad legal, los consumos suben bastante. He logrado llevar a este motor EcoBoost de Ford, por carretera convencional, a un consumo de 5 litros, que no está nada mal, en trayecto Cáceres – Badajoz y con el pie muy sujeto. Pero a la vuelta no tuve en cuenta la economía y el gasto de combustible subió a 8 litros cada 100 kilómetros (siempre datos del ordenador de a bordo).

 

 

Por cierto, el Ford Focus, ya sabéis que intento juzgar los coches poco técnicamente para no aburriros mucho, es un vehículo estupendo. Transmite mucha seguridad y calidad al conductor. El modelo que he probado, de acabado Titanium, conlleva una elevada relación calidad precio. Es espacioso y muy silencioso. Como pega le pongo una visibilidad regular a través de la luna trasera. Si estáis pensando en un vehículo de este tamaño, el Focus es un modelo a tener muy en cuenta. Además, si necesitáis espacio extra, también lo podréis encontrar en formato “break” (siempre me gustó más el termino castellano “ranchera”). Insisto, es muy silencioso, su mejor virtud. También resalto su buena estabilidad, frenos más que correctos, líneas modernas y equipamiento muy completo. Muy buen coche en su segmento.

 

 

Pero volvamos al “downsizing”. Estos motores tienen cosas buenas. Al ser de gasolina son silenciosos y apenas transmiten vibraciones. Y por supuesto contaminan muy poco, o al menos, lo hacen en menor medida que los motores diesel. Para aquellos que busquen contribuir con el medio ambiente, rodar en silencio y no cargar el coche con muchos kilómetros cada año, son los motores ideales.

 

 

Lo de los muchos kilómetros lo digo porque la lógica me obliga a pensar que un motor pequeño dotado de un turbo para poder correr un poquito, va a ir siempre “apretado” y su modernidad aun no nos proporciona datos estadísticos de fiabilidad. Por supuesto, los fabricantes comunican que están probados durante miles y miles de kilómetros, faltaría más. Soy más de motores grandes de gasolina y atmosféricos. Es lo lógico. Para extraer todo el jugo a estos “chiquitines” hay que jugar mucho con la caja de cambios y no todos los conductores quieren o saben ni tienen por qué.

 

 

En conclusión, la nueva moda “downsizing” nos trae motores silenciosos, poco contaminantes y consumos normales Pero sin magia ninguna y a los que nos gustan los coches también nos gusta un poco la diversión, ¿verdad?


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