Quizá, lo mejor del 2014 nò es que se acabe y vaya con Dios, sino lo que nos queda, las puertas que se cierran aunque no sabemos si definitivamente, y las ventanas que se abren, que tampoco sabemos si se abrirán de par en par.
Se acaba el 2014 ¡ya era hora! y hacer balance de un año tan intenso y tan largo, aunque sólo tenga 365 días, es muy difícil porque no cabe en una frase, aunque sea una frase muy larga y en esto de los balances, cada uno cuenta la feria según le ha ido.
Para algunos pocos (personas, bancos, empresarios, entidades …) puede que haya sido un año bueno porque han mejorado, han ganado más, han mantenido sus condiciones o engrosado su cuenta de resultados pero para muchos, muchísimos más, ha sido un año malo, incluso muy malo porque han perdido su trabajo, o su casa, o quizá, a fuerza de estancamiento y bloqueo en una situación difícil de penuria y necesidad, han perdido hasta la esperanza que es lo último que se pierde.
A pesar de los números de la bolsa, de la prima de riesgo o de la evolución de las cifras de paro cuya aparente mejora lo que hace es camuflar un nuevo y preocupante modelo social basado en «el precariado», a pesar de todo esto, para la inmensa mayoría ha sido un año malo porque la crisis no afloja y se mantienen las secuelas de sufrimiento y angustia que atenazan a tantos millones de españoles y entre ellos, a tantos miles de extremeños.
Quizá, lo mejor del 2014 nò es que se acabe y vaya con Dios, sino lo que nos queda, las puertas que se cierran aunque no sabemos si definitivamente, y las ventanas que se abren, que tampoco sabemos si se abrirán de par en par. Lo mejor del 14, quizá sean las interrogantes que deja, que de momento ¡es cuestión de tiempo! nadie se atreve a responder.
Además de traernos un nuevo Papa y un nuevo Rey, del anuncio de la normalización de relaciones entre Cuba y EEUU, de continuar con los numerosos casos de corrupción que han crecido y se han extendido como la mala hierba, de conocer la primera Moción de Censura en Extremadura, de los viajes de Monago, de conocer varios cambios de ministro, en 2014 ha habido unas Elecciones Europeas que quizá marquen un antes y un después en la política europea y por supuesto en la política española.
En estas Elecciones Europeas, más allá del número concreto de eurodiputados que haya conseguido cada partido y de que aún perdiendo muchos votos, las ganara el PP, el hecho más significativo fue la quiebra del bipartidismo, el debilitamiento ¿ o quizá el final? de la hegemonía de los dos grandes partidos. La reducción de la representación que en los últimos 30 años acumulaban PSOE y el PP, pasando de más del 80% a menos del 50%, ha sido tan grande que los analistas ya anuncian la muerte del bipartidismo.
Desde luego, los números son bastante contundentes y el escenario que se ha configurado es de lo más incierto. Naturalmente esa brecha que se ha abierto en el bipartidismo no es un espacio vacío sino que ha sido ocupado por otras fuerzas, algunas como IU, recuperando buena parte del espacio y representación que ya tuvo, la consolidación aunque frenando su crecimiento de UPyD, el refuerzo de la opción catalana no nacionalista de ciutadans (C’s) y por supuesto, la aparición del partido de Pablo Iglesias que es la gran novedad.
Por todo ello como resumen final para despedir a éste 2014, desde IU diríamos que ha sido un año de estancamiento y en muchos aspectos empeoramiento económico y social a causa de una forma injusta e insolidaria de salir de la crisis que caerá sobre las espaldas de los trabajadores y la ciudadanía en general, pero un año de esperanzas por el crecimiento de la conciencia colectiva de la ciudadanía que ¡quizá1 cierre las puertas definitivamente al viejo bipartidismo y ¡quizá! abra las ventanas de par en par a una nueva situación política más abierta y más plural, sin mayorías absolutas, que abran un nuevo tiempo político a la esperanza en los sueños de igualdad y justicia que nunca hemos perdido.
El 2015 nos espera. Con las Elecciones Municipales, Autonómicas y Generales vendrán, si no todas, sí muchas respuestas a las interrogantes que nos deja el 2014.
Pedro Escobar Muñoz, Coordinador de IU-Extremadura. Penúltimo día del Año Viejo.