Digital Extremadura

DEL ESTATUTO DE CAPITALIDAD Y OTRAS HIERBAS

OPINIÓN
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He encontrado, entre mis papeles, una “carta al director” enviada hace ya bastantes años, a un periódico regional, cuando unos cuantos idealistas de la Plataforma Lusitania, nos poníamos en contacto con personas de Santiago de Compostela, ciudad que ostenta una situación política semejante a la de Mérida, para que nos dieran ideas para confeccionar un Estatuto de Capitalidad, ante el ninguneo político sobre la ciudad. El Estatuto parece que, por fin, ya  ha comenzado a caminar, posiblemente espoleado por  unas elecciones próximas,  y espero que no sea para acallar la marea de indignación ciudadana, que se originó con la intención de vender la sede de la Presidencia  en Mérida, y de lo que no se ha vuelto a decir nada,( esperemos que no nos llevemos, si gana el PP, después, una sorpresa)  que fue una muestra, más, de ese ninguneo del que nos quejábamos hace ya unos cuantos años, y que ahora, sólo se ha solapado, pero que de vez en cuando saca “la patita por debajo de la puerta”.

 

Por desgracia,  casi todo lo que aparece en dicha carta, sigue teniendo vigencia, por eso, y siendo consciente de que a ciertos conceptos se les ve lo añejo, la copiaré en su totalidad.

 

“Ningún Estatuto, ni tan siquiera el de Autonomía vale la pena, si conlleva el enfrentar a unos contra otros. El cainismo, la lucha entre hermanos por intereses locales, siempre acaba pasando factura. Por eso no dejó de producirme cierta desazón, el que en el Hoy de 29 de agosto, se pidiera la capitalidad para Cáceres, Trujillo o Badajoz,  o para cualquier ciudad, que evidentemente pueden hacerlo, y tienen derecho, pero que dudo que lo hayan hecho “motu propio”  y lo único que se provoca con ello es la división. No se deberían utilizar chantajes y agravios comparativos, para conseguir, no sé el qué. Piénsese que en algún lugar tendrá que estar la Capital, y que si esta se pusiera en Trujillo por ejemplo, que tampoco es mal sitio, habría que dotarla de todos los elementos adecuados, para que esta ciudad; primero: pudiera representar dignamente a la Comunidad, y segundo: ya que se va a convertir en una ciudad al servicio de todos, tenga o se le hagan, una serie de infraestructuras, para que el realizar una gestión, sea fácil y no se convierta en un suplicio. ( Aquí vendría bien el recordar el actual tema del AVE, que parece que se le “concede a Mérida a regañadientes” y situando la Estación, en un lugar poco adecuado. Regateando unos euros. ¿Se puso alguna pega ante el coste de meterla dentro de la ciudad en Sevilla en Santa Justa, o  en Barcelona, tunelando debajo de la Sagrada Familia? ¿Qué pasa que somos de segunda o tercera?) Nadie se echaría las manos a la cabeza, si esta ciudad o cualquier otra, carente de medios para atender adecuadamente a los que nos visitan, pidiera ayuda. Es evidente que el escaparate de una tienda, es la que da la imagen de la misma. Cualquier capital representa, no a sí misma, sino a aquellos, de los que se supone que es “Caput”, que decían los latinos, cabeza. (Y aquí vendría recordar, lo adecuado que debería ser que el Presidente residiera en Mérida. Ciertamente es un trastorno para cualquiera que ostente el cargo, y para su familia. Pero está en el cargo).

 

Es lógico que un funcionario público, para atender adecuadamente a quienes vienen  a su despacho, pida una mesa y una silla, para que quien tenga que hacer una gestión, pueda sentarse. ¿La está pidiendo para él? No, sólo para poder ser más útil y prestar una mejor atención al usuario. ¿Sería lógico que tuviera él que comprarla de su sueldo, o traérsela, con el argumento de que ya es bastante que tiene un puesto en la Administración? Sólo pensarlo nos parece risible.

 

Que Mérida, porque en este caso ostenta la capitalidad, pida un Estatuto para poder atender mejor a todos, no creo que sea reprobable, cuando lo que pide es un bien para la Comunidad, y no para ella. Quizás lo discutible, es que esa silla que pide se adapte a las posibilidades económicas y pueda ser de un precio u otro.

 

Pero ante todo, no creemos divisiones, empujemos todos el carro hacia la misma dirección, llegaremos más lejos y con menos esfuerzo”

Está visto que las cosas han avanzado poquito. 


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