Las palabras del Delegado del Gobierno en Andalucía me suenan a rancio. Ha dicho el tío que no va a consentir que uno que se llama Albert y que es catalán decida en Andalucía. Y se ha quedado tan ancho. Nadie del PP le ha salido al paso para desmarcarse. Están, por tanto, a la vera de Artur Mas, dicen lo mismo y son igual de xenófobos que los nacionalistas catalanes. Albert es español como yo, que me llamo Victoria, y como todos los andaluces. Lo mismo ocurre con el famoso video de Monago ridiculizando a los andaluces en comparación con los extremeños. Ahora está de moda meterse con la gente.
Albert Rivera ha contestado con una sonrisa porque no puedes más que reírte ante tanta tontería, siendo como son sus padres nada menos que de Málaga. Pero igual de español sería si tuviera ocho apellidos catalanes.
Lo que pasa es que si te llamas Albert y tienes un programa de gobierno para España, tienes propuestas y no protestas, tienes talento y no ocurrencias, tienes equipos y no pesebreros, tienes a ciudadanos y no a súbditos, tienes Europa y no fronteras, tienes libertad y no mordazas, tienes la voz y no el sello, tienes alegría y no miedo, tienes democracia y no el dedo, es que eres Albert Rivera, al que están esperando miles de españoles, Antonio, Carmen, Victoria, Juan, Pedro, Isabel, Lucia, Cristina, Luis, Marisa, Carlos….
