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UN RAP NACIONALISTA APOYA LA REELECCIÓN DE MONAGO

OPINIÓN
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Ahora resulta que Artur Mas es a Catalunya lo que José Antonio Monago es a Extremadura. No, no me refiero a presidente de una Comunidad Autónoma española sino a un radical sin ideología porque lo que importa son las ideas y el único credo válido es el credo extremeño, con independencia de los colores políticos que no sirven para nada pues todos terminan siendo lo mismo. No lo digo yo. Lo dice un rap, una música de esas modernas que nos entraba por la década de los 80 del siglo pasado en nuestros hogares, gracias a la pantalla del televisor y a Antena 3, con un Will Smith interpretando al príncipe de Bell air, y que más tarde continuaría en versión mejorada con el rapero Eminem.

 

En el vídeo, que ustedes pueden visionar en Digital Extremadura, aparece fugazmente Monago cuando se hace alusión al término de “barón rojo”, pero se descubre todo el pastel al final en el momento que se incluye el eslogan de campaña del PP “Hacemos Extremadura” con la chapita con los colores de la región. La letra del rap no hay por dónde cogerla, pues es un sinfín de obviedades que tiran para atrás y se repite una y otra vez que el único credo es Extremadura, cuando se supone que para un partido de derechas más que recalcitrante como es el Partido Popular de José Antonio Monago el único credo debiera ser Dios y su Iglesia. Pero el “barón rojo” reniega incluso del catolicismo, quizá porque suponga que por esta banda está cubierto y lo importante es un centro cada vez más convencido de que Ciudadanos es una opción más que factible si no se quiere votar al Partido Socialista.

 

Lo que sí es cierto es que en un mes ya van tres las incursiones publicitarias del PP de Extremadura con referencia a las elecciones del 24 de mayo y todas ellas de corte nacionalista. Obviamente, todos los partidos que se presentan a la Asamblea realizan propuestas mirando al terruño, pero Monago, Fernando Manzano e Iván Redondo dan siempre un paso más, porque, como dice el rap, “el único credo es Extremadura”. Son, en mi opinión, los nuevos salvapatrias de la identidad extremeña, los que pueden hacer que esta región sea la ostia, cuando los números y los datos demuestran todo lo contrario.

 

¿Qué se puede esperar de un presidente que se sube el sueldo el 6 por ciento mientras las pensiones solo lo hacen un 0,25 por ciento? ¿Qué decir de un Monago que se coloca un sueldo 7.000 euros al año superior al del presidente del Gobierno Mariano Rajoy? ¿Qué pensar de un líder que decía en la oposición que habría más trabajo y la realidad demuestra que existen 40.000 parados más que en 2011 cuando él accedió al cargo? ¿Cómo explicar que Extremadura, la del único credo, deba 3.000 millones de euros por la mala cabeza de José Antonio Monago?

 

El rap como expresión cultural, como sentimiento de disconformidad a los poderes públicos, como expresión juvenil de esperanza por un futuro mejor es positivo siempre que no esté manipulado. Aquí, en el rap nacionalista de Monago, se observa hasta qué punto el dinero corrompe a la cultura, a esas ideas que dice la canción, y las lleva por unos senderos derrotistas que no se merece el pueblo extremeño. Puede que Monago, Manzano y Redondo estén buscando precisamente eso: hacerse con el voto de los insatisfechos porque esos somos todos los extremeños. Si esa es su verdadera intención, tengo que darles mi más cordial enhorabuena. En los años 60 y 70 del siglo pasado fue la canción protesta y ahora, en 2015 es el rap aunque yo pensara, equivocadamente, que a mi presidente lo que le gustaba era el clarinete de Woody Allen, las melodías de Pablo Alborán, quien por cierto acaba de sacar nuevo disco y en las entrevistas que le han realizado no ha citado ni una sola vez a Extremadura, y el rock de Sínkope.

 

Puede que a quien le dé el síncope el próximo 24 de mayo sea al nacionalista Monago cuando lleguen las diez de la noche. Aunque yo me felicitaría si ganase con supermayoría absoluta, porque íbamos a tener cuatro años gloriosos para comentar, sabedor de que al final de la legislatura se marcharía para casa. Y es que cuando se pierden las ideologías y solo valen las ideas, cuando el único credo es Extremadura, todo lo que se haga en nombre de ésta vendrá avalado por la razón del mandamás, lo mismo que hacía la nefasta Inquisición pero en versión rapera.


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