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FRAGOSO NO QUIERE RAP NI JÓVENES LATOSOS

OPINIÓN
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[Img #43182]Jugar con la ilusión de los jóvenes debiera estar penado con la cárcel o con la inhabilitación de por vida de cargo público. Engañarles o mentirles es contribuir al hastío y a su rebeldía, al fracaso escolar y social, a que los niños, pues no son más que eso, niños ilusionados, se conviertan en deshechos de una sociedad que los maltrata y los humilla y traten por todos los medios de tomarse la revancha. Los vemos a diario en nuestras ciudades, con malos modos de mocosos a personas de edad, débiles como ellos, con grafitis que ensucian nuestras fachadas cuando no nuestros monumentos, con respuestas de los hijos a los padres que echan para atrás. Todo por no saber canalizar una energía que les sale por los poros.

 

Es cierto que en nuestra época carecíamos de muchas cosas pero éramos felices con lo que teníamos, porque el alcalde de turno no venía a montarnos un show o a que nosotros se lo montásemos a él, encima gratis, para que quedase bien con su vecino de urbanización que, por lo pronto, es su jefe. Nosotros no sabíamos de política y políticos, ni falta que nos hacía, y hoy que continuamos sin saber porque solo se acuerdan cada cuatro años y así nos luce el pelo cuando hay que introducir la papeleta en la urna o votar electrónicamente, que esa es otra. Pasábamos el rato con el juego de la oca, el parchís, o el guá o jugábamos al zorro, pillo, gallo, qué, y con las cartas que venían en los tigretones o las panteras rosas y nos conformábamos. Ahora, coincidiendo con las primeras comuniones, que no falta nada para que lleguen, existe el pacto no escrito de que el niño tenga móvil y con él no solo la posibilidad de hablar por teléfono sino de jugar y hacer volar su imaginación. Nacimos muy pronto, qué le vamos a hacer.

 

Se llega más allá. Los ayuntamientos han ideado una especie de factorías jóvenes en las que los niños y jóvenes disfrutan de lo lindo. En Mérida hay una desde la anterior etapa socialista y funciona la mar de bien. Cientos de usuarios se registran todos los fines de semana en unas instalaciones que el actual gobierno ha mejorado y que son la envidia de muchos ayuntamientos de la región. En ella se divierten como quieren y pueden y es una alternativa real al botellón y que evita muchos dolores de cabeza a los padres y sus familiares. Los pequeños de la casa se divierten en la factoría joven que no deja de ser una buena idea a seguir y copiar por el resto de municipios de la región.

 

[Img #43181]En Badajoz capital no tenían factoría joven hasta hace unos días. Bueno, la verdad es que no la tienen aún por el capricho de un alcalde, Francisco Javier Fragoso, al que no lo gusta ni el rap de su vecino José Antonio Monago, ni los jóvenes latosos. Eso no va con él, que parece un sesentón de derechas con el colmillo retorcido. Lo que me molesta  es que utilizase a los jóvenes el pasado lunes santo para quedar bien ante su jefe. Resulta que en el antiguo cine Puente Real se ha edificado una especie de factoría joven para que los jóvenes badajocenses den rienda suelta a su imaginación. El día de marras, Fragoso y Monago recorrieron las instalaciones, vieron a los jóvenes pasarlo bien y se marcharon. Todo esto rodeados de la directora del centro, de periodistas y de cámaras de televisión.

 

Resulta que ahora, después de hacer ese conato de inauguración oficial del centro juvenil, este permanece cerrado a cal y canto con la excusa de que faltan los permisos. Si faltan los permisos, ¿por qué se abrió el lunes santo? ¿Había que salir en la foto? ¿Había que hacer precampaña electoral? Los jóvenes tienen un cabreo de aquí te espero y se sienten, como lo han sido, utilizados por el alcalde de Badajoz quien montó un paripé para complacer a su vecino e involucró en su campaña mentirosa a los jóvenes de la ciudad. ¿Qué permisos son los que hacen falta? Se suponen que solo pueden ser los del Ayuntamiento y, en su defecto, los de la Junta de Extremadura. Pues venga, agilizando que es gerundio que los jóvenes tendrán poca edad pero no son idiotas y tampoco les gusta el rap de Monago.

 

Según me cuentan desde del Ayuntamiento de Badajoz, en este espacio joven se ha habilitado un rocódromo,  una pista de patinaje (skaterpark), dos salas de baile, una para cualquier modalidad y otra de break dance, además de haber una sala destinada para tocar música, con su cristalera que la insonoriza dotada de instrumentos, dos salas más pequeñas (una un escenario y otra de cine digital), aulas y zonas para descanso. Esto a grandes rasgos. Sobre los permisos no se cuentan nada. Así va la cosa…

 

Y toda esta infraestructura, que habrá costado un pastón, está a la espera de que al señorón Francisco Javier Fragoso le venga en gana de inaugurarla oficialmente, que  muy probablemente sea dentro de unas semanas, antes de que comience oficialmente la campaña electoral, cuando la realidad es que el centro, factoría, espacio o cómo quiera llamarse está terminado. Pero lo peor de todo es que se ha jugado con la ilusión de los jóvenes que pensaron el lunes santo que quedaba abierto para su disfrute.

 

Está claro que pese a la poca edad que tiene Fragoso es más antiguo que Miguel Celdrán. Ese sí que no se andaba con tonterías: obra hecha, obra inaugurada. Miguel vuelve hombre, aunque sea para poner firme a este alcalde que ha demostrado ser un listillo de tomo y lomo, pero muy torpe con la juventud que no vota pero que influye en sus padres y de qué manera.


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