Nos están engañando como a chinos, y no puede ser. Extremadura necesita ser parada y fonda de una comunicación internacional de ALTA VELOCIDAD, lejos de los puñeteros trenes rápidos, descafeinado presupuestario del verdadero ferrocarril del futuro.
Un tren de viajeros, con velocidades superiores a los 300 kilómetros por hora, yo diría que los avances tecnológicos y de seguridad desde la apertura del AVE Madrid – Sevilla en 1992 nos permite hablar de 400 kilómetros por hora. Con una línea electrificada en su totalidad, con una línea exclusiva de viajeros y con unas estaciones calculadas y colocadas conforme a la densidad de población y la intermodalidad de los sistemas de transportes.
Es por ello que la línea tiene que ser Madrid – Lisboa y no otra cosa. Madrid – Valladolid – Salamanca – Plasencia – Cáceres – Mérida – Badajoz – Lisboa, o Madrid – Toledo – Talavera de la Reina – Plasencia – Cáceres – Mérida – Badajoz – Lisboa. En estos recorridos la distancia se mide en tiempo y no en kilómetros. Madrid – Lisboa por Valladolid no pasará de 150 minutos de viaje con dos paradas intermedias, que unos trenes podrán hacer en unos sitios y otros en otro. Madrid – Lisboa por Toledo no pasará de 120 minutos de viaje, con dos paradas intermedias, apenas unos minutos de diferencia con el recorrido anterior que tiene la enorme ventaja de comunicar con el norte, pasando por Extremadura y sin pasar por Madrid tanto a esta Comunidad Autónoma como a todo Portugal.
Lo demás son cuentos, un tren rápido, de velocidades entorno a los 200 kilómetros por hora, con maquinaria mixta diesel, sin electrificación inicial, que comparte su plataforma con el transporte de mercancías y con un trazado entre Plasencia y Badajoz, ni nos pone en el mapa, ni nos sirve para nada, es un simple remedo de lo que tenemos ahora, que servirá para poco dado que tampoco se acometerá la reordenación del transporte de viajeros por carretera para favorecer los usos ferroviarios.
Nos quieren engañar, una estación mixta Plasencia – Cáceres, a 35 kilómetros de cada ciudad y otra en Talavera la Real, utilizado intermodalmente la terminal civil de aeropuerto, a 15 kilómetros de Badajoz y a 40 de Mérida, con buenos servicios de transporte urbano, serían el centro de negocio en las operaciones internacionales hispano lusas, a poco menos de una hora de Lisboa y a poco más de una hora de Madrid, se venga por Valladolid, se venga por Toledo.
Ese fue el sueño y esa fue la ilusión, lo demás sucedáneos baratos y malsanos. Un buen planteamiento técnico, un razonable estudio demográfico y de mercado, una valoración del fondo de negocio que supone el VERDADERO TREN DE ALTA VELOCIDAD PARA EXTREMADURA y sobre todo un liderazgo político al uso del que impidió la materialización de la Central Nuclear de Valdecaballeros, nos podrá en el mapa y tendremos la oportunidad de seguir siendo extremeños en Extremadura, lo otro, lo otro es una vez más desolación, emigración, paro y miseria, y ahora no nos callamos, esa es la diferencia. A engañar a su tía la del pueblo que nosotros ya conocemos el percal.
El autor es especialista en información y estudio sobre infraestructuras y construcción