PEDRO ES EL PROBLEMA Y El PROBLEMA ES RAJOY, por Antonio Serradilla

[Img #49010]Se equivocan Pedro y Rajoy, Rajoy y Pedro, ni los españoles han votado mayoritariamente por al cambio a un gobierno progresista, como dice el primero, ni tampoco han decidido que el Partido Popular pueda gobernar en minoría y en solitario como dice el segundo. Los españoles les han dado a los dos una verdadera lección de europeísmo que en su egoísmo personal no quieren alcanzar a comprender.

 

Los españoles como tantas veces en Europa, han votado mayoritariamente a las dos fuerzas políticas del país, sin darles mayoría alguna y como referencia central del sistema, para obligarles a coaligarse, como tantas veces en Europa y gobernar juntos en pos del bien común, demostrando así que tras la transición y años de democracia representativa occidental, si bien de partido único en el poder, hemos culminado el proceso, haciendo exactamente lo mismo que hacen el resto de los europeos, propiciando con su voto el gobierno conjunto de los grandes partidos., algo que en su miopía no quieren ver ni el uno ni el otro.

 

¿Y cuando suelen darse estos resultados en las naciones de la Unión Europea? Cuando son necesarias reformas institucionales importantes que sólo pueden detectarse desde la sensibilidad social, que acertadamente expresa en las urnas su voluntad de impulsar los cambios necesarios sin preponderancia de nadie. En España esos cambios, cambios constitucionales en algunos casos son necesarios: el blindaje constitucional de los derechos sociales, la verdadera independencia judicial, la reforma de la ley electoral, la determinación de las competencias nacionales, autonómicas y municipales para acabar con el costoso y paleto desmadre nacionalista, la reforma del Senado del Reino y la modernización de la regulación legal de La Corona son seis puntos en los que un gobierno de coalición de izquierda – centro izquierda – centro – centro derecha y derecha, puede ser el de mayores apoyos de la historia desde 1978 y acometer con seguridad la tarea, para una vez resuelta, volver al posicionamiento dialectico y político que le es propio a cada uno y gestionar, con su ideología la nueva etapa, de reforma, no de ruptura. Así lo han hecho en Europa, en todo el mundo occidental desde la segunda guerra mundial con éxitos notables ¿Porqué una vez más vamos a ser distintos?

 

El peligro es evidente, por una parte se deslegitima la transición, manifestando grosera y falsamente que estaba vigilada…

 

Tras  el Estado de las Autonomías, tras la cesión de competencias y descentralización más importante y generosa de toda Europa, tras adoptar formas y maneras, banderas y símbolos partidistas como institucionales, los nacionalistas, los separatistas y los independentistas no se han movido un milímetro de sus posiciones en cuarenta años, sólo han aprovechado los recursos democráticos y en libertad para reafirmar poco a poco y paso a paso sus posiciones, el esfuerzo del resto de los españoles que no pensaban como ellos, de integración, de respeto, de concordia, de renuncia a algunos principios y planteamientos para asumir los del adversario no han tenido contrapartida, ninguna.

 

Es quizás por todo esto, para corregirlo y ordenarlo, por lo que los españoles no han dado mayoría a ninguno de los que podían haberla tenido, pero tienen que estar juntos un tiempo y eso tiene dos problemas: Rajoy que está tocado por la corrupción, no judicialmente pero si políticamente que son cosas distintas (los mensajes a Bárcenas son concluyentes) tendrá que irse y con él un equipo, enrocado desde hace años en la dirección del Partido Popular constituyendo un fin en sí mismo su propia posición personal que ahoga su renovación.

 

Ese es un problema a superar. Superado el mismo el segundo problema es Pedro que sabe que su supervivencia como Secretario General pasa por ser Presidente del Gobierno a cualquier coste y circunstancia. En los dos casos prevalece el interés personal propio y de los equipos que los rodean, que se ven perdidos sin ellos, al interés de Estado. Sin Rajoy el PSOE puede pactar un gobierno reformista desde el punto de vista institucional con el Partido Popular. Sin Pedro el Partido Popular puede apoyar a un socialista como Presidente del Gobierno para hacer lo mismo.

 

Se matan entre ellos y hacen parodia exagerada de las posiciones del otro, que no hacen sino desmerecer al que las lanza.

 

¿Tendremos estadistas o tendremos pequeños liderazgos de partido en España? Si fuesen capaces de ser lo primero, tras las reformas, con la presidencia de uno u otro partido, la diferencia en escaños no es tan grande para impedir esto, vendrían las elecciones, obligadas si se toca el Título II de la Constitución para profundizar y modernizar la regulación de La Corona. ¿Veremos política europea por fin en España?