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es1El día 16 de abril se recuerda  todos los años el trágico sistema que permanece en el mundo en este siglo XXI, la existencia de miles de niños que sufren esclavitud. Esta  terrible práctica sigue  en el mundo, sin que se haga nada o poco para erradicarla. Se honra en esta fecha  la memoria del niño cristiano  paquistaní,Iqbal Masih, vendido por su padre por 600 rupias a la edad de cuatro años para pagar una deuda a su acreedor. Desde ese día tuvo que trabajar duramente y fue vendido varias veces hasta que  pudo escapar  y comenzó su magnífica  lucha por la liberación  de todos los niños esclavos y concienciar de la crueldad de este sistema. Fue asesinado en abril de 1995. Según las estadísticas son más de cuatrocientos millones los menores que tienen que trabajar en labores durísimas como la confección de alfombras, fabricar cerillas y otras tareas que pueden realizar sus pequeños dedos durante interminables jornadas, sin apenas comida y sin atención médica ante las heridas que se producen por tareas tan espantosas. Hay que recordar también  a los menores reclutados para el ejército aunque parece que algunas asociaciones han conseguido la disminución de esos reclutamientos. Debemos clamar para que se erradique esta situación que parece increíble en este siglo en el que los niños de occidente han alcanzado gran bienestar al igual que sus familias. En todo el mundo se convocan en estas fechas concentraciones en honor y recuerdo de este pequeño de Paquistán que conmovió al mundo y  ejercer  presiones para que acabe este inicuo sistema.

Uno de los principios que se han arraigado en la moderna sociedad es el de la igualdad  de todos los seres humanos. Tenemos presente el artículo 14 de nuestra Constitución que prohíbe cualquier discriminación. En la actualidad se ha desarrollado una especial sensibilidad contra los malos tratos a los más débiles, incluyendo la crueldad de la ablación genital que se aplica a las niñas, y es un auténtico mal trato obligar a trabajar a menores de edad, indefensos ante la explotación, aunque en la práctica no se advierte la intención de acabar con tales abusos.

Hay que acabar con todos los tormentos pero los que se infligen a los niños pueden considerase de lesa humanidad. Toda manifestación a favor de la desaparición de este mal trato debe ser bienvenida.Esperemos que sirva.


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