Mérida.– La Consejería de Educación, Ciencia y Formación Profesional, en colaboración con la Fundación Alcohol y Sociedad (FAS), ha implementado el programa “Menores ni una gota” con el objetivo de prevenir el consumo de bebidas alcohólicas en menores de edad.
A lo largo del presente curso, 2.232 alumnos de 19 centros educativos han participado activamente en esta iniciativa.
La consejera de Educación, Ciencia y Formación Profesional, María Mercedes Vaquera, ha destacado la importancia de concienciar a los jóvenes sobre la posibilidad de divertirse sin recurrir al alcohol. Acompañada por la directora de Relaciones Institucionales de la FAS, Silvia Jato, enfatizó que el alcohol no es necesario para disfrutar de la vida.
El programa “Menores ni una gota” se ha desarrollado desde 2019 y se ha reforzado en el pasado mes de noviembre. La consejera subrayó la necesidad de abordar la prevención del consumo de alcohol desde los centros educativos, especialmente ante las preocupantes estadísticas que indican que el 50% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha consumido alcohol en el último mes. Además, el inicio del consumo se sitúa en torno a los 14 años.
La familia también desempeña un papel fundamental en esta tarea preventiva. La consejera enfatizó que la formación no se limita al currículo académico, sino que también se debe proporcionar a los jóvenes una “mochila repleta de formación” necesaria para enfrentar los desafíos de la vida.
Silvia Jato, por su parte, señaló que el consumo de alcohol en jóvenes debe preocupar a toda la sociedad. A pesar de los desafíos, destacó la maravillosa sociedad joven española y alentó a reconocer los logros positivos. El programa “Menores ni una gota” ha formado a casi 8.000 alumnos extremeños en la prevención del consumo de alcohol durante los últimos 5 años.
La Fundación Alcohol y Sociedad, consciente de que la educación es la mejor herramienta para prevenir el consumo indebido de alcohol en menores, imparte otros programas educativos desde el año 2000. Estos programas, como “Las Caras del Alcohol” y las intervenciones familiares, abarcan a toda la esfera de influencia del menor, incluyendo a otros menores, la familia y los profesores.
En cada centro educativo, se evalúan los contenidos y la metodología utilizada, así como la efectividad del programa y la labor del monitor encargado de impartir las sesiones. La experiencia en Extremadura ha demostrado que las intervenciones de la Fundación han sido altamente efectivas, con una evaluación promedio de 4,9 sobre 5.
La FAS considera que el trabajo educativo en las familias es imprescindible para prevenir el consumo indebido de alcohol. Por ello, ofrece herramientas a los padres para abordar situaciones cotidianas relacionadas con la educación de sus hijos, proporcionando información rigurosa sobre el alcohol y la adolescencia, y fomentando la comunicación en el seno familiar.
En resumen, los alumnos que han participado en estos programas se sienten más informados y conscientes de los riesgos asociados al consumo y abuso del alcohol en comparación con aquellos que no han intervenido en el programa.
