CACERES. – El Gran Teatro de Cáceres, a la igual que el Teatro Ayala de Badajoz han sido testigos de la magistral interpretación de Carmelo Gómez en la adaptación teatral de ‘Las guerras de nuestros antepasados’, la obra de Miguel Delibes que sigue cautivando al público español. Junto a Miguel Hermoso, que ofrece otra gran actuación, Gómez ha dado vida a Pacífico Pérez, un personaje sumido en la complejidad de la condición humana.
La adaptación ha logrado un éxito rotundo, con un lleno total en ambas sedes, donde los espectadores han seguido con atención las reflexiones vitales de Pacífico, un preso que dialoga con el doctor de la prisión sobre su familia y experiencias en una España desafiada por su historia.
La puesta en escena, de aparente simplicidad pero rica en matices, ha sabido capturar la esencia de Delibes, provocando tanto risas espontáneas como silencios conmovedores. Carmelo Gómez, con su reconocida trayectoria y versatilidad, ha reafirmado su estatus como uno de los grandes del teatro español, llevando al público a través de un viaje emocional que refleja el espíritu de Delibes y la continua lección de humanidad presente en su obra.
La adaptación teatral de ‘Las guerras de nuestros antepasados’ no solo ha sido un tributo a Delibes, sino también una demostración del poder del teatro para evocar y mantener viva la literatura clásica española.
LAS GUERRAS DE NUESTROS ANTEPASADOS
“Las guerras de nuestros antepasados” es una novela en forma dialogada escrita por Miguel Delibes. Publicada en 1975, la historia se desarrolla en el contexto de una prisión, donde el recluso Pacífico Pérez, condenado por homicidio, comparte su vida y sentimientos con el médico de la prisión.
A lo largo del relato entrecortado de este joven pueblerino, de insobornable candor y una casi enfermiza sensibilidad, el lector toma conciencia de un país y una sociedad violenta y enfrentada. Generación tras generación, esta sociedad no puede vivir sin una guerra que librar. Pacífico Pérez llega a la conclusión de que “cada hombre tiene su guerra, lo mismo que tiene una mujer”. Sin embargo, él mismo, ajeno a una sociedad en la que no ha sabido ni querido integrarse, morirá aplastado por quienes dictan las normas de esa sociedad
La novela es una reflexión sobre el papel de la violencia secular en una colectividad, una parábola crítica sobre la vida española y un estudio de una existencia marginada. A través de un lenguaje magistral y con sutil humorismo, Delibes nos acerca a problemas esenciales de la condición humana.