Querida “Ari”. ¿Recuerdas que te conté que tengo dos buenos amigos catalanes? Pues recién, he hablado con uno de ellos, Xavier Trias de Bes i Travall. Catalanes, sí, “Ari”. A pesar de todo lo que pasa y de la tabarra que está dando lo de Cataluña, estos son catalanes de prosapia y cuna, pero españoles de pura cepa; españoles 100%, como dijo aquel gran catalán español que fue Josep Pla. Lo que pasa es que desde hace un siglo más o menos, unos tipos retorcidos se han empeñado en que no sean españoles. A saber, sus oscuros motivos.
A mí, “Ari” me gustó Barcelona una barbaridad y espero volver alguna vez a pasear por sus calles. Dios dirá. Es más y tú lo sabes: me gusta practicar su idioma catalán; porque lo he estudiado, lo leo y lo escribo cuanto puedo. Fins aviat, estimada gossa. Me hubiese gustado que te conocieran. Uno, Joaquim Rossell, es cazador total y el otro, el susodicho Xavier Trias, es un bibliófilo cinegético de primerísimo orden. Qué pena que te hayas ido ya.
Por cierto, hace dos días fui al pueblo, adonde tú me has acompañado tantas veces. ¿Sabes que vi en el camino? Dos zorrinos atropellados en la carretera. Uno, por el “Tamujar” y el otro cerca de “Arenalejo”. Imagínate cómo está el monte este año de “bichos”, y digo “bichos” sin ánimo de ofender. Tú me entiendes. Toda esa caterva de predadores que predan nuestras piezas de caza: zorras, meloncillos, ginetas, patialbillas, félidos y mustélidos tan abundantes hoy en nuestra geografía cinegética. Están protegidos, así que ¡chitón!
¿Qué cómo estoy yo? Regular. Los días pasan inclementes: pero tu recuerdo no se borra ni yo lo consiento. ¿Recuerdas a Marisa, la de Santander, y su perrita “Sweetie”? Me cuenta que “Sweetie” también se ha ido a ese mundo en el que estás tú. Si la encuentras juega con ella, que es un encanto. “Choc” sigue hecho un pícaro, pero el pobre va por las mañanas a tu rincón a buscarte. Te echa de menos casi tanto como yo. Ya sabes cuánto te quieren tu ama y tu niño. Te abraza tu amigo.
