Ante los últimos acontecimientos ocurridos la semana pasada en el Centro Penitenciario de Cáceres, CCOO quiere poner de manifiesto el abandono en el que está sumido el Centro Penitenciario de Cáceres por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias.
El fallecimiento de un interno la semana pasada en su celda, los episodios de violencia entre los reclusos, los intentos de autolesión de los mismos, que se saldan en muchas ocasiones con un perjuicio además del personal y sanitario, con desperfectos en los recursos y bienes públicos, no son más que una consecuencia de la falta de personal que desde CCOO venimos denunciando desde hace años ante todas las instancias con competencia en materia de personal, y a la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que hasta la fecha no ha mostrado mayor preocupación por solventarlo.
El envejecimiento de la plantilla, la falta de cobertura de las plazas vacantes, que año tras año ha acumulado una incidencia de más de 60 plazas sin cubrir entre los diferentes puestos y que afecta principalmente al servicio de vigilancia interior, concretamente la semana pasada se han perdido otros 4 funcionarios que estaban en prácticas, y han sido trasladados a otros centros.
El déficit observado en el Centro de Inserción Social, que se nutre de funcionarios del propio Centro Penitenciario detrayéndolos del mismo, impide el normal desarrollo del trabajo diario, si bien desde la propia Dirección del Centro, se han tomado las medidas a su alcance para intentar organizar los servicios de la forma más adecuada.
A lo anterior hemos de sumar la actual situación de Pandemia que llevamos arrastrando desde el año 2020, y que afecta especialmente a este tipo de Centros de Reclusión Social. A pesar de que en el Centro Penitenciario de Cáceres se han suspendido los permisos, el cierre de las comunicaciones orales, así como los vis a vis, debido a las directrices marcadas desde el Ministerio de Sanidad en cuanto a la acumulación de casos por 100.000 habitantes, así como las instrucciones que desde la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias se dirigen a los Centros, actualmente hay en el Centro Penitenciario, habilitado un módulo COVID para aquellos reclusos a los que se les ha detectado la enfermedad, que no supone foco de problemas, gracias a la profesionalidad del personal sanitario y del resto de funcionarios.
Mayores problemas suscitan las entradas y salidas del Centro de Inserción Social, sin control sanitario, ni actuaciones preventivas. Estos internos que se encuentran en régimen de semi-libertad no se someten a pruebas de detección del COVID en ninguna de sus salidas, y pueden ser un foco de infección tanto entre los trabajadores como entre los propios reclusos que comparten su día a día.
Dentro del Centro, sólo se ha suministrado la vacuna al personal sanitario, siguiendo los protocolos establecidos por Salud Pública, pero desde CCOO consideramos insuficientes dicha medida, pues los trabajadores que están en contacto directo con los reclusos, como los de Régimen Interior, son personal que se encuentra en primera línea de contacto con lo que el riesgo al que están expuestos, junto con el aumento de la carga de trabajo, hace que el desarrollo laboral se haya convertido en una fuente de estrés y peligro añadido.
CCOO exige que sea vacunado el personal trabajador del Centro Penitenciario de Cáceres que está en contacto directo con los internos, de la misma manera en que se va a incluir en los protocolos al personal de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y así se lo hemos manifestado al Subdelegado del Gobierno en la Provincia de Cáceres, a través de una reunión mantenida con el mismo la semana pasada, en la que solicitamos que dé traslado de nuestra petición a las Autoridades Sanitarias competentes.
