En un comunicado de prensa, este centro educativo, perteneciente a la comunidad jesuita, y que ahora disfruta de «sus vacaciones estivales», ha señalado que comenzará el curso 2017-2018 «con un momento especialmente emocionante» gracias a este reconocimiento, «la más alta distinción de la comunidad autónoma extremeña».
Su director general, el padre Rafael Mateos, ha agradecido a la comisión de la Medalla y a la Junta esta distinción, que ha hecho extensiva al resto de galardonados y sobre todo «a toda la educación en Extremadura, centros públicos y concertados, y a todos los que trabajan cada día por la educación de nuestros chicos y jóvenes».
Asimismo, ha dado las gracias a las entidades que han propuesto esta candidatura, como la Asociación de Antiguos Alumnos y el Ayuntamiento de Villafranca, y a todos los que se sumaron a ella.
La Asociación de Antiguos Alumnos del Colegio se propuso a comienzos del curso pasado preparar el expediente para solicitar este reconocimiento y hacerlo coincidir con la celebración del 125 aniversario de su fundación, que se conmemora durante el próximo curso.
Desde la asociación han felicitado al colegio por esta Medalla que «se merece por la labor realizada en su trayectoria centenaria, por la influencia destacada en la educación tanto en Extremadura como en otros puntos de España», a través de las generaciones de alumnos que han pasado por sus aulas.
Ha recordado que la formación recibida se ha llevado luego a puntos geográficos dispares, «valores que han impregnado en sus desarrollos personales y profesionales, y que han beneficiado a quienes comparten con ellos esos ámbitos».
El Ayuntamiento, meses después, comenzó un camino paralelo para solicitar también la Medalla para el colegio, que la recibirá en el acto del Día de Extremadura, que se celebra el 7 de septiembre en el Teatro Romano de Mérida.
