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Condenado a dos años de prisión e indemnización a las víctimas un conocido fotógrafo aficionado por grabar a modelos en el vestuario de su estudio en Cáceres

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El Juzgado de lo Penal nº 1 de Cáceres ha dictado sentencia condenatoria a un conocido fotógrafo aficionado de Cáceres por un delito continuado  contra la intimidad por haber grabado a varias modelos en el vestuario de su estudio, sito en la capital cacereña, cuando llevaba a cabo sesiones fotográficas a las víctimas. Se trata de Luis Acha, que ostenta la dirección general  y es  secretario de la Fundación Mercedes Calles-Carlos Ballestero.

El condenado debe de indemnizar a las víctimas con 2.000 euros a cada una además de que se ha ordenado destruir la torre del ordenador donde figuraban las imágenes así como la tarjeta de memoria que  utilizaba su cámara para hacer las grabaciones.. Además, deberá abonar una multa de 18 meses, con una cuota diaria de seis euros.

En la sentencia también se indica que el fotógrafo condenado tiene una orden de alejamiento de 200 metros además de no poder comunicarse con las víctimas en los próximos cuatro años.

Los hechos tuvieron lugar durante diversas fechas de los pasados años 2018 y 2019, cuando este conocido personaje de la vida social cacereña, contactaba con sus víctimas mediante las redes sociales, en concreto la de Facebook, y les ofrecía un reportaje fotográfico. Las modelos se cambiaban de ropa varias veces, incluida la ropa interior, lo  que aprovechaba para grabarlas con una cámara oculta, sin su consentimiento.

Una de las víctimas, en una de las sesiones, se dio cuenta de la existencia de la cámara oculta y lo comentó con otras modelos . Así, se concertó una cita con el fotógrafo para otra sesión en octubre de 2019 y  «una vez que entró en el vestuario donde las jóvenes se cambian la ropa, observó la cámara de grabación con la luz roja encendida, que se encontraba debajo de otro objeto para dificultar su descubrimiento».

Como consecuencia de ello, el fotógrafo fue denunciado y detenido, al cual se le intervinieron el equipo fotográfico y todo el material informático, comprobándose que había vídeos en la cámara y en el ordenador.

La sentencia es firme ya que ha habido acuerdo entre las partes.


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