El Consejo de Gobierno de la Junta de Extremadura ha dado luz verde al Plan Integrado de Residuos de la Comunidad Autónoma (PIREX) 2023-30, un plan pionero que propone una nueva visión en la gestión de residuos.
El nuevo plan elimina el concepto de ‘macrovertedero’ y establece un límite de 55.000 toneladas para la capacidad de almacenamiento de las instalaciones de tratamiento de residuos.
Los nuevos vertederos deberán cumplir con los planes urbanísticos y las ordenanzas municipales, y su ubicación estará supeditada a los informes del Instituto Geológico y Minero de España. Además, se excluyen las zonas protegidas, los entornos naturales de especial valor y las dehesas.
El plan prevé la instalación de 12 nuevas plantas de compostaje de residuos orgánicos y vegetales hasta 2030, con el objetivo de “fomentar la descentralización de estos espacios”. Además, se contempla la fabricación de combustible a partir de residuos y la modernización de los ‘ecoparques’ o plantas de tratamiento de residuos para reciclaje, un proyecto que Bazaga ha cifrado en 115,5 millones de euros de inversión.
El objetivo es lograr la implantación generalizada en Extremadura de la recogida de la ‘quinta fracción’, que es la de los residuos orgánicos, los que van al contenedor marrón.
Con el nuevo PIREX, se espera disponer de una red de instalaciones de tratamiento de residuos adaptada a las necesidades de la región, garantizando “la salud de las personas y del medio ambiente”, lo que facilitará una gestión eficiente de los residuos y fomentará la economía circular.