La CHG ha tenido «duros competidores» para este galardón, que cada año, con ocasión del Día Mundial del Medio Ambiente, distingue a quienes han destacado por su contribución a la destrucción del medio ambiente de la región.
Ecologistas justifica el premio a la CHG por realizar ensayos con glifosato sobre el río Guadiana en el azud de Badajoz, para tratar el nenúfar mexicano, ya que el glifosato es un herbicida declarado por la Organización Mundial de la Salud como cancerígeno de tipo 2A.
Recuerda que la Asamblea de Extremadura ya aprobó, en marzo de 2016, una moción para «la progresiva erradicación» de su uso en los espacios públicos, apelando al principio de precaución.
Además, en la propia etiqueta del producto se advierte de que se debe mantener este químico alejado de cualquier fuente o cauce de agua por su elevada toxicidad para los seres humanos y para los organismos acuáticos.
Para Ecologistas en Acción, estas indicaciones «no han sido suficientes» para que la CHG desestimase sus ensayos con glifosato sobre el propio cauce del río, teniendo en cuenta además que el azud de Badajoz está en un humedal protegido de la Red Natura 2000.
Esta organización denuncia además «la absoluta falta de transparencia y la presunta ilegalidad de estos ensayos», así como la indiferencia con la que ha actuado la CHG ante las reclamaciones por parte de diferentes organizaciones conservacionistas de Extremadura, como representantes de los intereses de la sociedad civil.
Ecologistas también ha otorgado el premio «Caballo de Atila 2017» a la Junta de Extremadura por las subvenciones a la Federación Extremeña de Caza para fomentar esta actividad como «deporte» en los centros educativos.
Considera que estas ayudas suponen «un intento de espaldarazo» a la actividad cinegética desde la Administración regional y considera que «son absolutamente reprobables por el hecho de invertir dinero público para reflotar una actividad privada que sólo beneficia a unos pocos, al igual que ya viene haciendo con las ayudas a la actividad taurina».
Como accésit, se ha concedido el «Verdugo de Atila 2017» a la empresa Plasoliva por los vertidos intencionados y reiterados que viene realizando desde el año 2011 al dominio público hidráulico en el Arroyo de la Vega y una charca cercana, derivados de sus actividades relacionadas con el aderezo de la aceituna.
El Jurado ha decidido conceder también este premio, exaequo a la Confederación Hidrográfica de Tajo por no personarse en este caso de graves consecuencias, así como por su incomprensible decisión de permitir que la empresa siga realizando vertidos de similares características.
Por último, el accésit «Barco de Atila 2017» ha recaído en las direcciones generales de Medio Ambiente y Turismo de la Junta de Extremadura por la puesta en marcha del barco turístico de Monfragüe «con total falta de transparencia», ocultando la decisión durante más de un año al órgano de participación de la Reserva de la Biosfera.
