Digital Extremadura

LA FÉ MUEVE MONTAÑAS

OPINIÓN
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ideologiaAunque lo cómodo es despotricar de las fuerzas que han perdido, una vez pasadas las
elecciones, cualquier ánimo constructivo intenta buscar salida en aquellos aspectos que
puedan dar la vuelta a una situación desestructurada. El interés humano y particular
siempre es egoísta, así que hay que saber que existen personas, que, aún siendo parte
de fuerzas perdedoras, se salvan de la quema generalizada y mantienen su estatus, por
lo que se encuentran interiormente satisfechas. Lo reconoces por sus respuestas en
medios y redes; piensan que, al haber conseguido un escaño, han triunfado.¡¡

En la situación política que vive este país todo puede suceder, pues tanto las victorias como las
derrotas son relativas y puntuales de un momento y convocatoria. Suben y bajan los
líderes con idéntica velocidad (solo hay que contemplar a Ciudadanos y Podemos, incluso
al Psoe, para darse cuenta) y la opinión publicada transcurre entre el elogio hacia alguien
en un momento dado y la crítica en el siguiente minuto, con pasmosa naturalidad.
Por eso no hay que extrañarse de que, salvo casos extremos, ningún dirigente asuma con
seriedad que sus expectativas no se han cumplido. En la política del postureo,
reconocerlo sería tanto como hacerse el harakiri y esto último ninguno de los jóvenes
alevines de hoy cree que sea necesario, al sentirse tan jóvenes y preparados para seguir
en la carrera.

Y luego están los adláteres, llamados también compañeros, socios o colegas. Construida
la tribu y la nomenclatura, ¿quien de ellos le dirá al correspondiente número uno, algo que
pueda hacer tambalear su propia situación; ¿que inunde a la tropa en el desánimo, que la
pueda hacer reaccionar en contra de lo preestablecido? Solo hay que leer algún que otro
comentario “de base” declarando pomposamente que el partido es de sus militantes en el
minuto siguiente de que el dirigente máximo del mismo haya hecho público algún trato
fundamental firmado sin haberles preguntado a ellos.

En contra de lo que muchos defienden, yo no creo que las bases de un partido sean
mejores que sus líderes puesto que los colocan y los mantienen sin pedirles
responsabilidades cuando las tienen. Como tampoco creo que el pueblo soberano sea
hoy en general más competente que sus gobernantes, habida cuenta de lo sujetas que
están sus decisiones a la propaganda inducida por los segundos a través de medios y
personas afines. La crisis económica y social de los últimos tiempos obliga a la mayoría
de la gente a emplear sus esfuerzos en el trabajo diario para subsistir (mejor o peor)
según estratos y eso paraliza demasiadas veces la reflexión sobre otros asuntos más
generales.

Los partidos políticos son las únicas empresas que se permiten renegar de la inteligencia,
la formación y la experiencia a la hora de reclutar a sus cargos representativos. Hay una
especie de credo en el poder omnipotente y taumaturgo de las siglas en sí mismas que se
contagia incluso a algunos miembros de juntas electorales cuando ven lógico que los
ciudadanos de una provincia como Guadalajara voten a los representantes elegidos para
competir en la lucha electoral en la provincia de Cáceres, debido a un error de la empresa
que distribuye las papeletas en España. Si según las normas electorales el escaño es
para la persona que lo gana, cómo es posible que dé lo mismo una papeleta u otra (aún
siendo de las mismas siglas) para ser sometida al voto de los hipotéticos votantes?


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