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La mochila de Vara no viaja en tren desde Extremadura

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¿ Y por qué no?. Pues sencillamente porque se convoca tarde y mal. Porque vd sabe muy bien, que con dicha convocatoria no se va a conseguir nada. Por una sencilla razón, porque Renfe y Adif, empresas que solo miran por sus intereses, que al fin y al cabo son económicos, que no sociales, les va a traer al pairo tal decisión.

Nos expresemos con claridad. El Sr. presidente de la Junta de Extremadura, que suele llevar una mochila en numerosas ocasiones, sobre todo cuando debe de tratar asuntos de considerable importancia, suponemos con documentación útil al uso, tiene un hándicap terrible. Y es que dicha mochila, se le ha vuelto muy pesada de carga. Porque a los ingentes problemas que aglutina nuestra región, se le ha sumado el de la vergonzosa situación de las comunicaciones ferroviarias desde y hacia esta comunidad. Él sabe bien que con el denominado Pacto para el Ferrocarril se puede «presionar», bueno, vale,  pero seguramente ni a Renfe ni a Adif, ni tampoco al Gobierno de España, les haga el menor de los efectos y reacciones positivas para los intereses de los ciudadanos. Simplemente porque Extremadura, que paga un considerable canon porque haya dichas comunicaciones, no es rentable, dado el número de viajeros y viajes que hay en la actualidad.¿Pescadilla que se muerde la cola ya que si no hay buenas comunicaciones y trenes dignos y útiles cómo caramba vamos a viajar en ellos? Puede que sí pero..es lo que hay.

Un dato a tener en cuenta: El canon o peaje que Renfe paga a Adif por utilizar las vías, estaciones y otras infraestructuras ferroviarias, constituye una de las principales partidas de gastos de la operadora, dado que le supone unos 600 millones de euros anuales. La compañía promotora y gestora de las infraestructuras ferroviarias cobra este canon para contribuir nada menos que a costear la inversión que realiza en la construcción y mantenimiento de las líneas y las estaciones. En el caso de nuestra región, ya sabemos como estamos. Y lo que aquí se invierte. A ello hay que añadir la obsolescencia de los vehículos, la antigüedad de las vías, y la falta de recursos, en todos los sentidos, para con nuestra tierra, con el objeto de al menos podernos comparar  con otras comunidades.Ver o disfrutar de los trenes y las estaciones en otras autonomías es soñar en extremeño. Y es que estamos a años luz y vivimos ya en pleno siglo XXI.

Entonces ¿ qué hacer al respecto para aligerar la mochila del Sr. Vara, amén de pedir que nuestro presidente viaje un día de estos hacia su habitual destino madrileño en el vigente tren,  para que compruebe en su carnes que lo que se viene denunciando desde la sociedad civil es la pura y sufrida realidad ?.

Soluciones hay, es obvio. Una  de ellas podría ser, como ocurre en el País Vasco, con el Euskotren Trena, un servicio público  que ofrece trayectos de cercanías en Vizcaya y Guipúzcoa, operado por la sociedad pública Eusko Trenbideak,ojo,  perteneciente al Gobierno vasco. O que el Gobierno de España incluyera la partida económica correspondiente en los Presupuestos del Estado, y no las migajas actuales, sino dinerito suficiente,  para mejorar de una vez por todas las vías ferroviarias y los trenes a utilizar por los extremeños y foráneos que vienen a conocernos y disfrutar de nuestras excelencias, que haberlas hay como las meigas,esas que se han cebado negativamente y con saña  con nuestra comunidad desde hace ya tantos años, sí desde el primer gobierno de Rodríguez Ibarra hasta la actualidad. ¿ Recordamos, por ejemplo,  la faena de la supresión de la Vía de la Plata, ahora incluida en una cuanto menos curiosa vía verde y ecológica, y que en la actualidad están  desmantelándose las vías ferroviarias decimonónicas en la misma y  por tramos?.

Tal y como estamos, largo me lo fiáis, señor presidente Fernández Vara, y compañeros acompañantes del mal denominado Pacto social y político – este término sobra, a todas luces – por el Ferrocarril en Extremadura, porque no se trata de pacto alguno – ¿qué pacto si aquí estamos a lo que estamos? –  sino de una exigencia ciudadana, histórica y con reales visos de futuro para los intereses de todos los extremeños.

Una gran manifestación en Madrid puede valer pero en octubre, no, Sr. presidente. Llegaremos, como es habitual, tarde y mal. Replantéense las acciones a seguir desde ese Pacto, por favor, pensado siempre en extremeño, no en el rédito político al uso, que tanto daño nos está haciendo desde hace más de cuarenta años.


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