pandemia
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Como ha podido constatarse a lo largo del tiempo, la pandemia causada por el virus SARS – Cov – 2, se ha convertido en un problema muy serio que afecta gravemente a España y a los españoles.

No podemos considerar como algo habitual y rutinario que se produzcan cientos de miles de infectados, que haya miles de hospitalizados algunos de los cuales presentan secuelas posteriores a su alta médica con largos tiempos de recuperación y que la cifra de fallecidos supere los 50.000. La pandemia es un asunto muy grave que está afectando a la vida y también a la economía de muchos ciudadanos.

En mi opinión, la pandemia ha debido de tratarse como un asunto que afecta a la sanidad y a la salud principalmente, y en sus consecuencias a la economía. Por eso entiendo que las directrices para luchar contra ella tienen que ser dictadas por expertos independientes e imparciales. La lucha contra la pandemia no puede dejarse en manos de los políticos. Y menos de políticos de tan corto nivel intelectual como los que hoy padecemos en España.

Las consecuencias de la Covid 19 son de tal gravedad, que hay que combatirla con las directrices que establezca un comité multidisciplinar de expertos independientes, no politizados ni a sueldo de los políticos. Estos expertos deberían establecer los tipos de medidas a seguir en cada caso, que habrían de ser aplicadas uniforme y obligatoriamente a nivel nacional. 55 organizaciones de científicos y profesionales sanitarios así se lo acaban de recordar al gobierno.

Lo sensato habría sido constituir un amplio equipo de especialistas independientes formado por médicos, epidemiólogos, virólogos, investigadores, farmacéuticos, veterinarios, enfermeros y economistas entre otros, en el que tuvieran cabida algunos de los investigadores españoles que ocupan destacados puestos de responsabilidad en el extranjero. Este equipo, en cuyo seno habría de existir una comisión ejecutiva para dar fluidez a las actuaciones, es quien debería haberse encargado desde el principio de dirigir las operaciones contra la pandemia.

Pero en España la lucha se ha dejado en manos de los políticos, asesorados por técnicos politizados (altos cargos nombrados por los políticos) y nunca ha existido un órgano de expertos independientes que dirigiera las operaciones. Y así nos ha ido. Tenemos los peores resultados de Europa y eso que los políticos, creyendo que el estado de alarma sería el bálsamo de Fierabrás, nos llevaron a unos de los confinamientos de la población más duraderos de la UE. Creo que el más largo de todos.

Cuando mejoró la situación sanitaria – estaría bueno que después de casi 100 días de confinamiento de los españoles, no se hubiera experimentado algún alivio – y al darse cuenta de que el encierro estaba destruyendo la economía, abrieron la mano en una desescalada (palabro inventado por los políticos) abrupta y no progresiva, a los gritos de ¡hemos derrotado al virus¡ y de ¡salimos más fuertes¡ eslóganes propagandísticos que se ha demostrado que son una burda mentira

Y es que estos mediocres políticos que estamos sufriendo en nuestro país de un tiempo a esta parte, son incapaces de dejar de lado sus intereses personales o de partido y poner por delante los de los ciudadanos y los de España. Y da igual el color político. En general, son gentes de ideas cortoplacistas que sólo tienen puesta la vista en las próximas elecciones y en función de ese dogma montan todas sus estrategias. Hay algunas excepciones, pocas, que confirman la regla.

La situación se ha agravado cuando se ha pasado de la alarma a la llamada cogobernanza, que es el modo que ha tenido el gobierno central de quitarse de encima el problema que le estaba achicharrando y pasárselo a las comunidades autónomas. Y entonces se ha formado un guirigay de no te menees. Cada autonomía ha establecido sus normas, sin que exista una unidad de criterio. Las directrices deberían haber sido definidas por el comité de expertos y el poder legislativo y el gobierno central deberían haberles dado forma legal de obligado cumplimiento para todos.

En Andalucía, en donde paso mis veraneos, regían unas normas y en Extremadura donde resido, otras distintas. Pero en Madrid crisol de todas las Españas, en donde confluimos todos los españoles y miles de extranjeros que entran por su aeropuerto de Barajas como Pedro por su casa, había otras. Y así hasta diecisiete. Incluida Cataluña que ha ido a su aire, como hace siempre, machacando los cerebros de sus habitantes con la cantinela de que con la independencia todo habría ido mucho mejor. Han pasado de España nos roba, a España nos mata. Y ahí siguen, creyéndoselo. No todos, claro.

Y actualmente seguimos camino de que se consolide esta ruina. Durante esta segunda oleada, se aprovecha la situación que es gravísima en todo el territorio, para apretarle las tuercas a la Comunidad de Madrid. El gobierno central enmienda la plana al autonómico – un desajustado gobierno de coalición de centro derecha – para buscar su caída y no la salud de los madrileños. Un despropósito jurídico tal que el TSJ de Madrid ha anulado la orden o resolución del Ministerio de Sanidad que ordenaba el cierre de la capital y de 9 municipios limítrofes. ¿Por qué el poder legislativo, ha dejado transcurrir el verano y no ha reformado alguna ley de sanidad para poder eludir el estado de alarma y legalizar el confinamiento o el cierre de municipios?

Concluyo de todo lo anterior que esta pandemia tendría que haber sido combatida por expertos y no por estos políticos que nos gobiernan. Son incapaces de dejar de lado sus intereses partidistas, para dar prioridad a los de los ciudadanos.


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