El día internacional de la niña se designó el 11 de diciembre de 2011, por la Asamblea General de las Naciones Unidas en la Resolución 66/170 para que a partir de 2012, el 11 de octubre se conmemore para fomentar el reconocimiento de los derechos de las niñas y se dé a conocer los problemas que enfrentan en todo el mundo, principalmente en países no desarrollados.
Como en años anteriores, este Diario recuerda la fecha del 11 de octubre para exponer y denunciar las violaciones y los sufrimientos de las menores que tienen que soportar en todo el mundo, obligadas a contraer matrimonio apenas alcanzan la pubertad, sometidas a ablación genital de forma brutal con graves consecuencias físicas y psicológicas así como al aplastamientos de los senos con planchas calientes que producen terribles dolores con el fin de desfigurar su cuerpo y alejar las violaciones.
Millones son también víctimas de los malos tratos de familia y del entorno. Puede advertirse fácilmente que son los seres más vulnerables en todas las situaciones de emergencia, guerras, catástrofes y escasez de recursos. Se nos muestran con frecuencia reportajes en las que vemos a pequeñas escuálidas, descalzas, que se hacen cargo de los menores de la familia, con gran responsabilidad. En los desplazamientos los cargan en brazos recorriendo grandes distancias y se ocupan de buscarles alimento y asistencia con ternura. Son también presa de padres desaprensivos o simplemente sádicos que las utilizan como juguetes eróticos o las venden con frialdad. Deben estremecerse todos los seres humanos.
Hay que clamar cuantas veces sea posible para que las niñas tengan derecho a escolarizarse, decidir, gozar de libertad y conseguir que se respeten todas sus vidas. Estamos en el siglo XXI. Ya es hora de acabar con un sistema tan opresivo y cruel. Un día Internacional dedicado, no es suficiente pero hay que divulgarlo para que no quede en el vacío.
La Asamblea General de las Naciones Unidas ha tratado durante años de concienciar sobre la existencia de algunos problemas importantes con la finalidad de que los gobiernos tomen urgentes medidas sobre estas situaciones. Es este Organismo el que proclama un Día Internacional poniendo de manifiesto las terribles situaciones de las niñas del mundo tan desvalidas y erradicar un sistema cruel, impropio de esta época.
Algunas ONG han salido recientemente a dar la voz de alarma con campañas importantes teniendo como objetivo poner de manifiesto la vulneración de derechos y llamar la atención acerca de la tragedia del matrimonio infantil que siempre, siempre, es forzado. La sociedad tiene que movilizarse mostrando su rechazo a las prácticas que roban la infancia a las pequeñinas y ciegan las posibilidades de su futuro. Hay que implicarse para acabar con estas humillaciones que atacan a las menores en sus pequeños cuerpos y en su espíritu recién estrenado y movilizarse para acabar con las prácticas salvajes que tienen lugar en muchos países. Los embarazos en sus cuerpos infantiles son de una maldad que debe destacarse y hay que combatirlo sin tregua.
Actores muy conocidos se han involucrado también en una campaña en favor de las niñas, trabajando en las redes sociales para crear un movimiento social contra el matrimonio infantil. Es encomiable esta resolución pero no debe caer en el vacío e insistir en que se remuevan los obstáculos a los que se enfrentan las pequeñas en muchas partes del mundo. Todos estamos llamados a actuar y esforzarnos por conseguir que se acabe con la iniquidad que se inflige a estas personas tan indefensas cercenando su presente y su futuro. Es estremecedor que no puedan acceder a la instrucción, a una vida digna. Un verdadero horror que produce una indignación que nos lleva a intentar que se caben estas prácticas. Para eso puede servir la Declaración de un Día Internacional, reaccionar y dar batalla sin descanso. Aquí estamos contra esta inhumanidad.
La autora es Académica Correspondiente de la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación