La presencia de Universidades Privadas en un territorio son evidencia de desarrollo y actividad económica, no olvidemos que tienen que ganar dinero y no recibirlo del presupuesto como las públicas. Extremadura es la única Comunidad sin esta oferta. La competitividad será buena y ayuda a luchar contra la maldita endogamia universitaria que aquí padecemos como en tantos sitios.
Rechazar una iniciativa que crea empleo y actividad económica es impensable, y si además crea conocimiento y saber académico una locura. Es también socialmente injusto. El estudiante que quiera, pero solo cuando pueda, buscará la mejor universidad sin otro condicionante, pero el que no pueda pagarse el irse se quedará aquí en una universidad sin competencia y en ratios de calidad bajos. Si aparece otra oferta habrá gente que pueda elegir con menos coste y algunos tendrán que apretarse, lo otro es tener cautivos a los menos pudientes en favor de una estructura educativa amparada políticamente.
Al margen de todo esto es de una falta de tacto increíble, Su Santidad el
Papa ha designado Ilustrísimo y Reverendísimo Obispo de Plasencia a un Doctor y Profesor de la Universidad Católica de Avila, donde además ejercía su labor pastoral. No es casualidad y es una acertada apuesta, no de Avila, sino de Roma, por estar e invertir en nuestra tierra, comprometiendo una importante inversión en la rehabilitación de un notable edificio placentino, algo que podrían haber previsto otras instituciones públicas o privadas, confesionales o no, pero no lo han hecho, ese es el dato y la importancia de la apuesta,
Esto obligará a que se acabe con la atrofia administrativa de la Universidad pública extremeña, donde los proyectos de investigación, incluso con reconocimiento internacional, no son considerados si no se tiene relación administrativa con la entidad, que funciona más como un ministerio que como un centro de investigación. Es inútil intentarlo, nadie te recibe, pasan los meses y nadie responde y nadie toma la menor iniciativa por cambiar la normativa, ¿ para qué ? Están muy cómodos en su exclusividad y falta de competencia, y cuando alguien tiene un proyecto se copia y se arrasa y si no que pregunten en el Centro Universitario de Santa Ana de Almendralejo, privado, y los estudios de Periodismo. Ahora con Plasencia ocurre lo mismo.
No es cierto lo del nulo valor añadido de la implantación, solamente la inversión patrimonial es importante y fuera del alcance de las administraciones en este momento. En cuanto a las titulaciones, la implantación de una universidad foránea en una ciudad pequeña, acosada por el desempleo y en la región más pobre de España, a la fuerza tiene que ser conservadora y con base en las titulaciones que ya imparte. El problema es que si no se empieza por esto nunca se llegará a lo otro que es deseable, nuevas titulaciones y ofertas complementarias entre centros universitarios, pero no puede ser condición. Nadie nos va a poner un Silicon Valley de entrada.
El argumento no vale, no existe antecedente de esa exigencia en Comunidad alguna , en Madrid o Barcelona. Es importante lo que ha hecho la Universidad Pública de Navarra que llegó después de la Universidad de Navarra en esa Comunidad Foral: Repitió las titulaciones. Es una condición que huele a prejuicio y favoritismo.
Si el motivo es ideológico, universidad católica romana y privada, el error es aún peor. ¿ Cómo va a venir la inversión privada a nuestra tierra si generamos estas dudas? Y aseguro que todo se mira. Los inversores y el dinero es lo que crea empleo y hace falta rigor y neutralidad y en caso contrario explicar valientemente que se renuncia a ello por motivo ideológico. Pero esto tiene un coste que pagan no los políticos y sus ideas, sino los desempleados y sus familias y si no que pregunten por las expectativas de futuro rotas con no tirar adelante con la isla de Valdecañas, por citar un craso ejemplo en la mente de todos.
Esto de preferir lo pequeño, conocido y controlable no genera futuro, evitar la iniciativa ajena porque tiene un perfil determinado insostenible en un Estado de Derecho y sostener monopolios en pleno siglo XXl, impensable. Tomen nota o si no la tomarán por nosotros y luego nos preguntaremos por qué somos los últimos. Feliz verano.