Se aproximan unas de las vacaciones más esperadas del año: Las festividades de Semana Santa. Una ocasión idónea para cambiar de aires y disfrutar de un tiempo en familia, con amigos, en pareja o incluso en solitario. Los viajeros que quieran hacer de esta semana unas vacaciones únicas, tienen al alcance de su mano pequeños rincones rurales que les pueden ofrecer todo tipo de actividades en contacto con la naturaleza, repletos de sitios históricos y llenos de cultura, según recuerda la Asociación Los Pueblos más Bonitos de España (www.lospueblosmasbonitosdeespana.org). Una red de pequeños municipios que cuenta con 94 localidades únicas, presente en casi todas las Comunidades Autónomas españolas y que anima al viajero a tomar en consideración realizar una escapada.
En Extremadura, la Asociación cuenta con cinco localidades: Guadalupe (Cáceres), Robledillo de Gata (Cáceres), San Martín de Trevejo (Cáceres), Trujillo (Cáceres) y Olivenza (Badajoz).
Guadalupe: esta localidad cacereña vive con gran devoción y solemnidad la Semana Santa. Las tradicionales procesiones de las imágenes de la Pasión de Cristo suelen alternarse con los conciertos de música sacra que tienen lugar durante estos días en la villa. El monumento por excelencia del pueblo, y el que más visita acoge cada año, es el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Se trata de un santuario y fortaleza de reminiscencias mudéjares y elementos góticos, renacentistas y barrocos; que fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1993.
Robledillo de Gata: tener la oportunidad de pasar la Semana Santa en este municipio solo puede describirse como un privilegio. El fervor religioso se hace evidente estos días con decenas de actos conmemorativos. El más popular es, sin duda, la procesión del Santo Entierro, con el descendimiento del Cristo crucificado, momento muy emotivo, al tratarse de la única ocasión durante el año en la que el Cristo Yacente abandona la iglesia por unas horas.
San Martín de Trevejo: emplazado en el corazón de la Sierra de Gata, este municipio entusiasma a quienes lo visitan por el contraste que ofrecen sus calles empedradas, sus viviendas de arquitectura tradicional, sus casas-palacio señoriales con sus escudos de armas y su Plaza Mayor, con soportales de madera y torre-campanario. Este tesoro arquitectónico fue declarado Conjunto Histórico-Artístico.
Trujillo: la Semana Santa Trujillana se considera desde 2012 Fiesta de Interés Turístico de Extremadura. Los fieles y devotos habitantes de esta localidad viven con intensidad estas fiestas que dan comienzo con la lectura del pregón y culminan con la celebración el Domingo de Pascua del chíviri: fiesta de interés turístico en la que cientos de personas se visten con trajes tradicionales y cantan y bailan formando corros al ritmo de canciones populares. El lunes siguiente (Lunes de Pascua) es día festivo en la villa y es costumbre ir a comer al campo.
Olivenza: es un pueblo fronterizo típico extremeño, que además conserva algunas características de su pasado portugués, por lo que una visita a este municipio permite disfrutar a la vez de ambas culturas. De hecho, fue la última región en incorporarse al territorio español. Esta biculturalidad también puede apreciarse en sus fiestas de Semana Santa, donde se encuentran Hermandades y Cofradías con rasgos de ambos países. Aunque el esplendor de la Semana Santa oliventina acusa influencias de la tradición andaluza, la herencia portuguesa se manifiesta también en la celebración de tradiciones como el Domingo de Pasos y el Santo Entierro de la Hermandad de la Misericordia, la llamada procesión de las banderas. Los más golosos podrán disfrutar del Tecula Mecula, un pastel de yema tostada, difícil de encontrar en otras partes de España.
