En la noche electoral del pasado domingo 10N, recibí varios whatsApps al respecto del resultado habido. Uno de ellos me llamó poderosamente la atención. Se trataba de un audio de 4 minutos y 6 segundos de Francisco Alcántara, de Paco Alcántara, actual portavoz de Ciudadanos en el ayuntamiento de Cáceres.
En dicho audio, Paco Alcántara se quejaba amargamente del resultado habido por la formación naranja y consideraba que Albert Rivera debería marcharse junto a determinados dirigentes de la cúpula no solo a nivel nacional sino regional. Rivera se fue del partido y de la política el mismo lunes pasado día 11, a las once de la mañana.
Asimismo, y entre otros considerandos, denunciaba el escasísimo apoyo habido al menos hacia Mª Victoria Domínguez, candidata nº 1 al Congreso de los Diputados, en la campaña electoral no solo por parte del portavoz autonómico sino por la ausencia de algunos líderes carismáticos de Ciudadanos, que efectivamente han brillado por su llamativa ausencia, excepto una visita relámpago a Mérida del citado Rivera..
Dicho lo cual, desde que el antiguo dirigente de la formación naranja y otrora auténtico valedor de la misma en estas latitudes, Francisco Piñero, se tuvo que ir por la puerta de atrás por evidentes discrepancias con el actual portavoz regional Cayetano Polo, al que le unía una entrañable amistad, ahora alejada de todo contacto, salida que se produjo debido a que al parecer, entre otros hechos y decisiones, Polo quería imponer e impuso como secretaria de organización de C’s, a su actual pareja, cosa a la que Piñero se opuso rotundamente, pues bien, Ciudadanos ha ido bandeándose entre el éxito de las pasadas elecciones municipales y autonómicas, por mor de la euforia recibida a nivel nacional, el llamado efecto simpatía, hasta el batacazo actual con el fracaso de las elecciones generales.
Esos vaivenes se han visto trufados de serias divergencias entre las sensibilidades internas, algunas en Badajoz y provincia, donde parece ser que Polo se ha asentado al estar en Mérida como diputado regional, con su cohorte de fieles que le rodean tanto en la Asamblea como en la sede de la plaza de España emeritense, pero la mayoría de las quejas por su actitud beligerante y parece ser que impositiva, se centran en Cáceres capital donde acaba de explotar Paco Alcántara con sus declaraciones a este que les escribe y en este jueves en HOY.
Es más, Alcántara considera que dada la situación actual, con una evidente crisis en su partido, achacable a la gestión tanto regional como nacional, y dado que Rivera, Girauta y otros han dado un paso al lado yéndose, lo mismo debería hacer Polo por su comportamiento, espita que ha hecho que el propio Alcántara haya saltado a la palestra.
El título de esta crónica hace referencia a la actitud que se le achaca a Alcántara en diversas fuentes de Ciudadanos. Con ella se acaba de hacer pública definitivamente una herida que viene sangrando desde hace tiempo en la formación naranja. Suele ocurrir, curiosamente, cuando hay debacle electoral.
¿Será Paco Alcántara cabeza de turco y se tomarán medidas disciplinarias contra él, ganará el pulso a Polo y se hará con las riendas del partido en Cáceres e incluso en Extremadura? ¿Habrá fuga de ediles hacia bancadas no adscritas en el ayuntamiento de Cáceres y otros consistorios? Todo puede pasar en un partido, que entró pian pianito hace cinco años en el panorama político de Extremadura y de Cáceres en concreto, con evidente éxito y que por la ambición de algunos, la desconsideración de otros y el consabido amén de la mayoría, se ha desinflado hasta mostrar hoy en día una imagen triste, pobre y con evidentes visos de destrucción si no le salvan decisiones lógicas en política que pasan por llevar a cabo un cambio de personas, de aires y de estrategias.
