Digital Extremadura

Perera triunfa en la segunda de Feria de Cáceres, con notable actuación de Cayetano y Emilio de Justo

CÁCERES
Comparte en redes sociales

Antonio Castañares. EFE. Con gran interés se siguió en Cáceres la segunda y última de las corridas de la Feria de San Fernando. De Charro de Llen. Un encierro que tuvo nobleza aunque resultará muy agradable por delante, con el que Miguel Ángel Perera confirmó la rotundidad de su toreo templado, profundo y ligado, que le permitió abrir la puerta grande.

Cayetano, por su parte, dejó detalles importantes, especialmente con el capote y en el toreo a dos manos, mientras que Emilio de Justo plasmó la impronta de su toreo de arte, y que es merecedor de más oportunidades.

Perera evidenció su depurado toreo por la suavidad que imprimió a sus dos faenas ante sendos toros de acusada nobleza y a los que él hizo ir a más. El cite dando distancia con la muleta adelantada, el embroque cargando la suerte, el trazo largo y profundo, el remate del muletazo atrás y la ausencia de toques para lograr la ligazón, fue lo más definitorio de dos faenas de torero maduro y en sazón.

Tarde importante la del diestro pacense, que mejoró a un toro justo de celo, que fue su primero, y exprimió al bravo cuarto. Paseó una oreja de cada toro.

Seria fue la actuación de Cayetano durante toda la tarde, que toreó con gracia y pureza con capote y muleta. Ante su primero, un animal que tenía asperezas, le llevó por abajo en el inicio de faena en doblones de hondo sabor, con la trincherilla y el pase de pecho de pitón a rabo. El animal se defendía pero lo llevó con temple, y bellos fueron los ayudados finales.

Ante el quinto, más de lo mismo en cuanto a buen gusto. Encajado a la verónica en los lances de recibo, le hizo dos quites, el primero a la verónica, que resultaron cadenciosas y hermosas, y el segundo por chicuelinas muy ajustadas llevando toreado al animal hasta el final. Faena de mucho sabor, especialmente en su final en el toreo a dos manos. Cortó una oreja a éste segundo de su lote.

Emilio de Justo bordó el toreo con el capote. De mucha personalidad fueron sus lances a la verónica en sus dos faenas. A su primero, de justo fuelle, lo entendió y, por momentos, lo toreó a cámara lenta por ambos pitones, dando cuenta de un gran sentido del temple y de la belleza de un toreo que se asienta en la pureza y la verdad, con mucha expresión.

También toreó con primor a la verónica al sexto, no sin antes irse a portagayola. Pero ese toro se picó en exceso y casi se podría decir que murió en el caballo. Porfió De Justo y obtuvo como premio una oreja.

FICHA DEL FESTEJO.- Toros de Charro de Llen, de parejas hechuras y cómodas cabezas, que resultaron manejables en conjunto. Noble pero de justa transmisión, el primero; un punto áspero y con mal final del muletazo, el segundo; manso, el tercero; embistió con dulzura aunque queriéndose ir, como corraleado de salida, el cuarto; tuvo nobleza y murió de bravo, el quinto; el sexto murió en el caballo.

Miguel Ángel Perera, de corinto y oro: estocada desprendida (oreja); y estocada (oreja).

Cayetano Rivera, de salmón y azabache: pinchazo hondo y dos descabellos (ovación); y estocada desprendida (oreja).

Emilio de Justo, de teja y oro: metisaca, pinchazo y estocada (ovación); y pinchazo y otro hondo (oreja).

En cuadrillas, Javier Ambel destacó en la lidia del primero, e Iván García saludó tras banderillear al quinto.

La plaza registró más de media entrada en tarde nublada y agradable.

 


Comparte en redes sociales

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *