Gema García González tiene a orgullo llevar genes “bellosos” (así se conoce a los vecinos de la localidad cacereña de Cabezabellosa) en sus sangres. Su carácter desenvuelto, resuelto y combativo, que trepa por sus recios y rizados cabellos y se transparenta en el caoba de sus ojos, nos recuerda a aquellos pastores guerreros, antepasados suyos, que se enseñoreaban de los berrocales de la Trasierra. Igualmente, Patricia Beatriz Rodríguez Díaz (Bea), la que viera la luz a través de unas pupilas de las más diáfanas, oceánicas y hermosas de los berrocales trujillanos, proclama a los cuatro vientos la libertad y autonomía de su pueblo, Huertas de Ánimas. Lugar éste donde se forjó una estirpe de recios y combativos campesinos, siempre enfrente de la aristocracia, los hijosdalgo y caballeros de la ciudad de Trujillo. Ambas, magistrales profesoras de francés del instituto de enseñanza secundaria “Gabriel y Galán”, en Montehermoso.
Capitaneando a 23 alumnos (16 de 4º de ESO Y 7 de 3º), pertenecientes a diferentes localidades englobadas en la demarcación educativa montehermoseña, han ido repartiendo recientemente sus pedagogías por tierras francesas. Siguiendo las directrices del pedagogo Marshall McLuhan, derribaron las paredes del aula para inventar otras maneras de aprender. Entre ellas, la de sumergir a los alumnos en situaciones reales de aprendizaje, que pueden suponer toda una motivación y refuerzo para su asignatura de francés.
“PARÍS VAUT BIEN UNE MESSE”
Hasta Madrid en autobús y, luego, volando hasta París, donde les esperaba el hotel. Los alumnos se han costeado el viaje y la estancia. Nadie les regaló un euro. Ellos y solo ellos se han autogestionado por sí mismos y, coordinados magnífica y didácticamente por Gema y Bea, pudieron contemplar El Arco de Triunfo y los Campos Elíseos, la Plaza de la Concordia, la famosa Torre Eiffel, la Plaza de Trocadero o los Campos de Marte. Visitaron la basílica del Sagrado Corazón y recorrieron los barrios de Montmartre y Pigalle, que tantas añoranzas nos traen a los que amamos la bohemia. No faltaron las citas con el Museo del Louvre, las Tullerías, el Palacio Nacional de los Inválidos, el Barrio Latino, el Panteón de los Hombres Ilustres, los Jardines del Luxemburgo, la Universidad de la Sorbona, que se alza, majestuosa, sobre la llamada Montaña de Santa Genoveva. Y atrás tampoco se quedaron Nôtre-Dame; la Conciergerie o Palais de la Cité, que fue residencia medieval de los reyes de Francia, la Santa Capilla y tantos otros hitos históricos y artísticos que sería muy largo enumerar.
Alumnos boquiabiertos ante la impresión recibida. Es que París es mucho París. O como dicen que exclamó el rey francés Enrique IV: “París vaut bien une messe”. Y luego aquel ajetreo étnico y cultural, donde las calles se encuentran invadidas por multitudes de los más apartados rincones del mundo. Sin lugar a dudas, Gema y Bea han cumplido con creces sus objetivos. Con toda seguridad, el viaje habrá supuesto una bocanada de libertad y de renovadores aires para las mentes de los discentes, contribuyendo así a esa educación integral a la que aspiramos muchos de los que estamos inmersos en tareas formativas. Una educación que forje alumnos críticos, racionalistas, libres, autónomos y autogestionarios, creativos y en estrecho vínculo con su entorno social y sus problemáticas.
Gema y Bea: “Felicitations pour votre travail bien fait!”
