El jefe del Servicio Forestal de la CHG, Nicolás Cifuentes, ha dicho a Efe. durante un acto de educación ambiental con alumnos, que tras la importante incidencia del año pasado, se ha conseguido limpiar bastante el tramo urbano de camalote, aunque «no se puede decir que en el futuro no pueda volver a entrar».
Por este motivo, se ha reforzado el dispositivo de barreras flotantes, -de polietileno- instaladas aguas arriba y abajo del tramo urbano, para retener el camalote y facilitar a su vez los trabajos de extracción.
Como ha explicado, son barreras parecidas a las que se utilizan en los casos de vertidos de petróleo, aunque en este caso están reforzadas con cables para evitar las corrientes del río y se ha eliminado el polímero absorbente del interior, pues «interesa retener lo que flota en el agua, no lo que se agarra al fondo».
Estas barreras pueden verse por ejemplo en la desembocadura del Gévora, en el azud de la Pesquera, en el entorno del puente Real, aguas abajo del azud de La Granadilla o junto a la frontera con Portugal.
Como ha indicado Cifuentes, «dentro de las posibilidades económicas se refuerzan constantemente las tareas contra esta especie invasora, y por ejemplo desde hoy se dispone además de un nuevo vehículo anfibio».
El responsable de la CHG ha recordado que la presencia del camalote fue mayor el año pasado en Badajoz, debido probablemente a que utilizó a otra especie invasora, el nenúfar mexicano, para crecer.
La CHG se plantea llevar a cabo diversas acciones, como por ejemplo «cañonear» las hojas del nenúfar para que las semillas del camalote no tengan acomodo, en caso de que éste último prolifere finalmente.
En cuanto al nenúfar mexicano, Cifuentes ha explicado que la CHG ha realizado distintas pruebas para buscar la fórmula más eficaz para eliminarlo, desde dragado del tramo a solarización, arranques de plantas o la utilización de productos fitosanitarios no tóxicos.
En este último caso, «está autorizado por Medio Ambiente y además no tiene contacto con el río, pues las cantidades utilizadas, ínfimas, no se han echado al agua, sino en las hojas».
El evento realizado hoy se encuentra dentro de un programa de educación ambiental que se efectúa en torno al río Guadiana, en este caso dirigido a que los jóvenes conozcan las especies invasoras.
