Cartas acehucheñas
Estimados compatriotas:
Las cosas del pasado, las cosas de la vida, lo que fue y ya no está. Mirando hacia atrás con
ternura. Lalo, que sigue moviendo aquellos años pretéritos, me envía notas que a veces me
pinchan el ánimo. Recién, la boda de mis abuelos maternos. Los acehucheños de hoy tal vez ni
sepan siquiera de qué, de quién hablo, de quién escribo. No conocieron a mis padres, qué van
a conocer a mis abuelos. En fin, a mi abuelo materno no lo conocí ni yo. Murió con cuarenta y
cinco años, y yo creo que nací diez años después de su muerte. Las cosas de la vida, sí. Lalo ha
encontrado una nota curiosa, dice así: NOTAS DE SOCIEDAD: “Hoy a las nueve de la mañana
habrá tenido lugar en Acehúche el enlace de la distinguida señorita Encarnación Hurtado con
el joven don Salvador Muñoz Jiménez, diputado provincial. Reciban nuestra enhorabuena”.
Muy bien, mi abuelo y mi abuela se casaron en 1912. Y se dieron prisa, porque en 1913
nacieron mi madre y mi tío Felipe, que eran mellizos. Lalo me ha dado más noticias. Salvador y
Encarnación fueron mayordomos de San Sebastián en el año 1929. La crónica del día es larga y
tal vez merezca una de estas cartas. Para finiquitar la de hoy, un soneto, que también me ha
comunicado Lalo, por supuesto. Dice así: “Suspendido en la altura el sol derrama/ cual padre
amante, con amor profundo/ su luz divina, su calor fecundo/ a todo cuanto existe, vive y ama./
El espontáneo, su potente llama/ constante e incansable sin segundo/ por la creación reparte,
todo un mundo/ animado de vida que ella inflama. / Copiando de ese sol nunca rendido/ ve
como él también desde tu altura / para todos igual. Padre querido/ te llamarán tus hijos con
ternura/ si con amor procuras, del olvido/ a tu pueblo sacar y a Extremadura.
Lo firma Rafael (no sé quién sería ese Rafael), pero la dedicatoria dice: “A mi amigo Salvador
Muñoz, elegido recientemente diputado provincial”. Pues ahí queda eso.
