Llego a casa después de un largo día. Abajo me he encontrado a una mujer que no conocía. “Guillermo , otra vez a vivir aceleradamente”. Le he dicho que  no. Que yo tenía la suerte de haber aprendido que la velocidad nada tiene que ver con la eficacia. No amigos, no. Prometo que no voy a estar en todas partes, porque eso significa no poder estar en ninguna. Prometo que no estaré en todas las  inauguraciones de Ferias y Fiestas, porque quiero y necesito tiempo para estar en la de la vida de muchas personas. Prometo que no pasaré corriendo por ningún sitio. Mejor no ir. Prometo que mi AGENDA será pública cada día, al completo. No vas a poder, me decía el otro día un compañero. Si voy a poder, no pienso asistir a ningún acto público de gran  inauguración de nada. Que lo inaugure la sociedad y sus protagonistas. Si estaré al lado de los que inauguren una empresa o una pequeña tienda.  No es imprescindible que estemos en todas partes porque es imprescindible que estemos en una, allí donde se resuelven los problemas. No tengo apetencia ninguna porque mi nombre figure en ninguna placa a la entrada de ningún sitio, propondré que se elimine esa costumbre tan fuera de lugar . Prefiero que figure en el corazón de las personas. Los tratamientos de excelentísimos e ilustrísimos no se utilizarán nunca entre cargos políticos. Se acabó. Ese tiempo se terminó.