NUESTRO ARTE MÁS RECIENTE

El
Museo de Bellas Artes de la Diputación de Badajoz ha editado, en dos gruesos
volúmenes, uno de esos libros imprescindibles para conocer una época , que pese
a la proximidad cronológica, se nos antoja ya  lejana. Durante años Antonio Zoido, fue el
alma que descifraba, con sus críticas de arte, en el periódico Hoy los mensajes
y las habilidades de los artistas plásticos que exponían en Badajoz. Todas
ellas las ha reunido en un par de gruesos volúmenes, en una labor ingente
recopiladora María Teresa Rodríguez Prieto, bajo  la supervisión de Román Hernández Nieves. Casi
todos los artistas que fueron y son en estos años,  se encuentran reflejados en sus comentarios.
Pasan por sus páginas los más conocidos y algunos otros,  que realizaban su afición con mayor o
menor  éxito  y que posteriormente no continuaron. Tuve la
suerte de conocer a Antonio Zoido, porque yo realizaba los comentarios para el
mismo periódico en Mérida y a ambos nos unía la misma pasión por el arte, pero
era indudable que aunque la diferencia de enfoque era distinto, su labor y
veteranía le otorgaba un plus, siendo en la actualidad  una fuente de información impagable para
conocer un mundo, el de la cultura plástica en una Badajoz, azotada por la
emigración, pero ya emergente,  entre los
años 1975 y 2000,  en cuyo ámbito pugnaban
cientos de personajes, muchos más de lo que nuestra mirada actual podría
parecernos, aportando unas bases sobre las que, más cómodamente,  se han desarrollado  nuevos nombres.

Pasan
por sus críticas  jóvenes ya consagrados
como Naranjo, Narbón, Pedraja, Cañamero, Teresa Romero, Julián Hernández y
tantos y tantos, que constituyen un monumento a una época,  en la que las que los pintores y escultores
tenían más de guerrilleros del arte, que de soldados de un ejército de la
cultura.