La Subdelegación del Gobierno en Cáceres ha acogido el acto institucional con motivo de la Festividad de la Virgen de la Merced, patrona de los Centros Penitenciarios, en el que se ha hecho entrega de unas placas conmemorativas a los funcionarios que llevan 25 años de servicio.
La
subdelegada del Gobierno, Jerónima Sayagués, ha destacado la labor que
desarrollan día a día los trabajadores del centro, “una labor que es necesario valorar
por la importancia que tiene para la rehabilitación y reinserción de los presos
en la sociedad”.
La
institución penitenciaria, ha añadido, “es una pieza esencial de la política de
seguridad de un país y también de la
política de intervención social. Solamente disponiendo de espacios dignos de
tratamiento, reeducación y rehabilitación para aquellas personas que han cometido un delito, podremos incrementar nuestra seguridad y nuestra libertad ciudadana”.
La
administración penitenciaria orienta su intervención y tratamiento, ha dicho la
subdelegada, hacia la promoción y crecimiento personal, la mejora de las
capacidades y habilidades sociales y laborales, y la superación de los factores
conductuales o de exclusión que motivaron las conductas criminales de cada
persona condenada.
Hay
quienes han delinquido por necesidad, por inexperiencia o por errores que hoy
no repetirían, “estoy segura que, ante esas personas que acaban en prisión por
malas jugadas de la vida, por errores que quieren enmendar, encuentran en
vosotros una mano amiga, voluntad de servicio y vocación de ayuda”.
Y
es que en un Estado de Derecho como el español, ha asegurado, “todas las
personas tienen derecho a una segunda oportunidad” .
Por
último ha felicitado especialmente a los que cumplen 25 años de servicio y a Marcos Marcos, que ha recibido una
mención honorífica por su implicación en el programa de agresores sexuales, y a
Oscar Herrero, Medalla de Bronce al Mérito Penitenciario.
BAJA LA CONFLICTIVIDAD
El
director del Centro Penitenciario, José Pedro Rejas, ha explicado que en la actualidad
cuenta con 534 internos entre el centro penitenciario y el centro de inserción
social “Dulce Chacón”, que alberga a 64 residentes.
La
cifra ha aumentado con respecto al año anterior, ya que había 512 internos,
pero el año pasado el centro de inserción tenía 94 residentes.
Ha
señalado que ha bajado el número de residentes en centros de acogida o medios
telemáticos en el 50%, el año pasado había 22 y este año hay 11.
El
índice de conflictividad ha bajado muy notablemente, se puso el año pasado en
funcionamiento un nuevo módulo de respeto que está funcionando a pleno rendimiento,
y la comisión disciplinaria tiene menos trabajo que otros años.
Las
actividades, a pesar de que haya aumentado el número de internos, se han
seguido manteniendo. Los cursos que se llevaron a cabo de formación profesional
el año pasado han continuado, en las modalidades de pintura, albañilería,
madera, carpintería metálica, electricidad, y este año peluquería se ha sustituido
por informática.
En
cuanto a los cursos que se hacen en el exterior para internos en tercer grado,
incardinados en el programa “Incorpora”, se han llevado a cabo dos, con la participación
de 30 residentes. El último de ellos es de catering y en estos momentos está finalizando con la realización de las prácticas en empresas.
El
director se ha mostrado satisfecho por estos datos, “pero aún no estoy
satisfecho del todo, y nuestra pretensión es continuar con los módulos de
respeto, ahora mismo es el 50% de la población
que tenemos que están en estos módulos, y queremos seguir incrementándolos
porque son una herramienta muy efectiva”.
