Los carnavales, por Victorina Cruces

Los carnavales tienen su origen en las fiestas
conocidas como  “bacanales” y “saturnalias”.
Las primeras rendían honor a Baco (dios del vino) Las segundas, a Saturno (dios
de la siembra y la cosecha). Durante  las
fiestas bacanales, a Baco se le cantaba el Ditirambo; el coro que lo hacía iba
disfrazado de sátiro y frente a él aparecía el sacerdote del dios pagano
conduciendo un barco sobre ruedas al que llamaban «carrus navalis»
(carro marino o naval), y que los romanos pronunciaban “car navalis”  Este carro
naval hacía un bello paseo romántico. Al son de la música bullanguera los
tripulantes bailaban, cantaban sátiras a la sociedad, especialmente contra las
autoridades y arrojaban dulces a lo largo del recorrido.

Como todos sabemos, los carnavales se
celebran en los días previos a la Cuaresma y el que las comparsas, con ayuda de
los disfraces, canten y bailen satíricas canciones contra el entorno social,
especialmente contra las autoridades, tiene por fin que el pueblo se exprese
con  absoluta libertad, hecho que, por no
enfocarse siempre en el auténtico sentido de la palabra, ocasiona, de vez en
cuando, cierto desenfreno lamentablemente.

Pero las personas no nos
disfrazamos solamente en esta época del año. A veces el ser humano, bien por
miedo, timidez o prudencia, oculta o enmascara sus verdaderos sentimientos a
los demás. ¿Es bueno que esto suceda?