Vicente Molina Foix participó en Mérida en los encuentros ‘Una de romanos’, organizados con motivo de la 60 edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida y que cuentan con la colaboración del diario La Razón y la Fundación José Manuel Lara.
![[Img #37471]](upload/img/periodico/img_37471.jpg "Vicente Molina Foix dice que el de romanos es un cine de sentimientos")
El ciclo de conferencias con entrada gratuita y cuya asistencia tiene como aliciente la aplicación de un 25% de descuento en la compra de entradas dobles de los espectáculos teatrales del Festival, se desarrolla en el Museo Nacional de Arte Romano.
El director del Festival de Mérida, Jesús Cimarro, presentó al escritor alicantino, que comenzó su disertación señalando que el de romanos “es un cine de sentimientos por la memoria que guardamos de él”. “Son escenas que no se olvidan”, añadió, “ como la carrera de cuádrigas de Ben-hur, el incendio de Roma en la película Quo vadis o el cine de romanos cristiano que veíamos en Semana Santa”.
El escritor dijo que este tipo de cine nació en Europa, como el cine negro, que también se hacía en Europa, “aunque por el potencial económico parecía que todo era americano”, y añadió que su mejor época fue la de los años 50 y 60 del pasado siglo, “y las mejores películas se hacen de 1950 a 1965”.
Entre ellas destacó Quo vadis (1951), la película de canto del cisne de este cine, La caída del Imperio romano, de 1964, con la peculiaridad de que se rodó en España; y Espartaco, como mezcla de espectáculo e historia, y de transmisión de mensajes históricos y políticos.
También hizo referencia a dos películas que mostraban el espectáculo y la intimidad de las obras de Schakespeare, como julio césar y Cleopatra, ambas de Joseph L. Mankiewicz.
El gran momento de los 60 coincide con otro tipo de cine que nace entonces, la nouvelle vague, el free cinema o el nuevo cine español, pero un momento en el que también se hacen dos grandes películas Medea y Edipo rey, por Pier Paolo Pasolini.
