Un día hace ya tiempo, me cogía cerca de la cafetería de ASAJA y por designios del destino entre a tomar un café, solo, cargado sin leche ni azúcar.
Estando en la barra llegaron dos señores un tanto indignados y parlanchines, uno de ellos decía con voz airada que como era posible que ya no diesen primas por que animarán cigüeñas y demás aves en su finca.
Yo al escuchar esto, pues estaba al lado y con ese vozarrón imposible no escucharlo, me quedé medio perplejo y estupefacto.
Me atreví a preguntar si por tener aves ya fuesen cigüeñas, milanos, cernícalos u otras aves pagaban, el señor que acompañaba al de la voz grave fue tan amable de explicarme que de siempre se había pagado a los propietarios de las fincas donde las aves pasaban su estancia antes de emigrar, yo disimulaba mi cara de asombro, como podía ser posible que un ave bien sea cigüeña o la que sea tuviesen que pagar la administración de Europa o de España o Extremadura por el devenir natural de sus costumbres y especie, apure el café y me quedé con cierto desasosiego, no por que a los supuestos cobradores de dar cobijo a las aves no les pagarán no, argumentando que ya no había dinero, pues uno de los interlocutores refería que cobraba por vaca, por oveja, por todo lo que se moviese allí incluso caza, y estupor y a la vez alegría fue por que las cigüeñas y otras aves podrían deambular libremente sin pagar peaje, eso sí por que no había dinero… Que si no cobran.
Y esto respetables lectores es Extremadura, unos no tienen ni para comer y otros cobran hasta por mear, si me permiten el ejemplo.
Si esto es igualdad, que venga San Isidro y lo vea.
