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EL DÉFICIT QUE NOS PESA Y SOLUCIONES QUE NO SE VEN

OPINIÓN
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El  déficit de  Extremadura,  que en lo que va de año 2016 ya ha superado toda la previsión de la anualidad alcanza ahora una nueva dimensión, después de la reunión de este jueves del CPFF.

El problema que se plantea, y que es muy serio, no es sólo de la Junta de Extremadura, es cierto, heredado desde hace años, de gestiones anteriores, entre ellas la del anterior gobierno socialista de 2007 a 2011, aunque ahora se alegue que el error es del Gobierno de España, por mantener un reparto injusto del déficit.

 

Dicho lo cual, esta etapa que vivimos ahora, se define en la necesidad de nuevas políticas que supongan atender a la gente, tomar las medidas que aseguren la superación de la crisis económica y una nueva forma de hacer las cosas, más transparente y más participativa, que sólo pueden sostenerse en una nueva política presupuestaria que parece no saberse, no quererse o no poderse hacer. En definitiva hay que hacer política con mayúsculas y  sin llegar al extremo de cuadrar las cuentas a martillazos. Si hace falta una acción directa sobre aquellos recursos, de todo tipo, que tienen traslado al presupuesto, para esto es necesaria una revisión de todo el cuerpo normativo, las leyes autonómicas y sus desarrollos, formulado y aprobado en su práctica totalidad en etapas de gobierno socialista, todas excepto la pasada legislatura, pero ajustados a etapas de bonanza presupuestaria y de ingresos, y es que es eso lo que no acaban de entender nuestros gobernantes, que hay que hacer esfuerzos, y no entre la gente sino en la administración para generar ingresos, o dejar de gastar, que a los efectos finales es lo mismo.

 

Es necesaria una revisión de toda la legislación, que permita poner en valor todo el tejido patrimonial de la administración, de las empresas y de los ciudadanos, que permita su compra venta y su rehabilitación y reforma en una audaz e interesante planificación urbanística y territorial, que genere actividad y por ello ingresos directos, e indirectos para la administración. Cualquier familia vende en cuando necesita necesidad, sólo nuestra administración en vez de vender se endeuda cada vez más. Y eso en una región con casi el treinta por ciento de paro – 147.000 desempleados – y con una economía derrotada y derrotista, es cuanto menos complicado salir del marasmo en el que nos encontramos.

 

Es por ello que el reto político de la gestión del déficit es el de gerenciar una gran reforma, y no hablamos de grandes y significativos gestos, hacer  revisión, simplificación, ordenación, coordinación y refundición de aquello con lo que se cuenta para salir de la situación actual, sólo así tendremos políticas eficaces adaptadas a los tiempos y circunstancias actuales que generen ingresos y reduzcan los gastos sin dejar de atender a la gente que lo necesita de verdad.

 

Y algo más. Si no hay acuerdo entre Junta, partidos políticos, agentes sociales,  explicarlo y que los ciudadanos vean posicionamientos y posturas, que vean como los intentos reformistas de un gobierno son bloqueados por las posiciones de los grupos de la oposición, preferentemente, llegado el caso. Desenmascarar parlamentariamente a quien no quiere dejar hacer nada haciendo una propuesta es bueno , aún cuando se presume de la falta de mayoría de la misma por aritmética parlamentaria. Es mucho mejor que administrar para nada, pensando solamente en que la solución venga de Madrid, ¿Para eso la autonomía?

 

Sr Presidente de la Junta de Extremadura: es hora de aplicar la cirugía. Los ciudadanos agradecerán postulados comprometidos y valientes en un proyecto de reforma integral adaptado a los tiempos. Ojo:  ya han pasado diez meses de esta legislatura, el tiempo pasa volando y el déficit sigue creciendo. Busque soluciones y encuentre a quien sepa de hacer estas cosas, los equipos limitados en buenos tiempos pueden aparentar eficacia, en tiempos difíciles sólo los que pueden y conocen,  solucionan los problemas. Como vd bien expresa, y nosotros apoyamos incondicionalmente en tal caso, la vida de la gente está antes que cualquier cuestión que afecte precisamente a la propia vida. Extremadura ya no puede esperar más, ni conformarse con obviedades, ni aceptar decisiones erróneas, ni confiar en el  futuro. El presente demanda acción y resultados inmediatos,  y estos no brillan precisamente por su eficacia. Y vd lo sabe, sr Fernández Vara. 


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