Acehúche, un pequeño pueblo en la provincia de Cáceres, se está preparando para recibir a una gran cantidad de visitantes entre los días 20 y 21 de enero para la celebración de Las Carantoñas, una fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2019. Se espera que más de 65 “carantoñas” y unas 300 “regaoras” o “patanas” desfilen por las calles del pueblo.
El alcalde de Acehúche, Benito Arias, describió la fiesta como un evento que evoca un “olor a romero y pólvora” y un “sentimiento indescriptible que hace saltar las lágrimas a más de uno”. El año pasado, la fiesta atrajo a más de 10.000 visitantes y este año se espera superar esa cifra.
El presidente de la Diputación de Cáceres, Miguel Ángel Morales, ha reafirmado el compromiso de la Diputación con actividades que promueven el desarrollo rural y ayudan a evitar la despoblación. También destacó el apoyo de la Diputación a las Fiestas de Interés Turístico y a los productos locales, como el Queso de Acehúche.
El Ayuntamiento de Acehúche se ha comprometido a seguir valorizando la fiesta y a optar a la denominación de Fiesta de Interés Turístico Internacional. Arias también destacó el relevo generacional que está teniendo lugar, con la gente joven mostrando un gran entusiasmo por participar en la fiesta.
Las “carantoñas” y las “regaoras” o “patanas” tienen la función de escoltar la imagen de San Sebastián, “regándolo” de confetis y cantando sus himnos. Otros elementos clave de la fiesta incluyen el tamborilero, los “tiraores” y sus escopetas, la “vaca-tora” y las mayordomas y mayordomos.
Rai Oliva, que será mayordomo el segundo día de la fiesta, expresó su emoción por participar en la fiesta, describiéndola como “algo que se vive desde pequeño, de la mano de nuestras madres y padres”.
Las Carantoñas es una fiesta ancestral que combina lo divino y lo profano. Aunque no se sabe cuándo comenzó la tradición de vestirse como “carantoñas”, hay constancia de la existencia de una “Ermita de los Mártires” datada en el siglo XVI. El cronista local, Salvador Calvo, también señaló la conexión de la fiesta con otros rituales similares en la geografía española y la cuenca mediterránea, como los Kukeri búlgaros, hombres disfrazados con pieles y máscaras que realizan bailes y rituales para ahuyentar a los malos espíritus, y que también se celebra por estas fechas. La vinculación de esta fiesta con rituales de reproducción o, incluso, con las lupercales romanas.
