Sostiene Rivera que su portada de la revista ¡Hola! es un punto final, que tira la toalla con el asunto de la herencia de su padre porque lleva 37 años sufriendo y el dolor lleva al rencor. Por supuesto, también se rinde y corta todo tipo de relación con su hermano pequeño y homónimo. Fran y Kiko, Kiko y Fran. Una vida acorralada por amores y odios, todo por culpa de una herencia envenenada que nunca dependió de ellos. El último capítulo de esta contienda fratricida de ida y vuelta lo publica esta semana la revista ¡Hola! Fran Rivera estalla, rompe con Kiko Rivera y ataca a Isabel Pantoja. «No me gustaría estar en el pellejo de esa señora cuando se encuentre a mi padre y le tenga que dar explicaciones de lo que ha hecho» asegura, revelando con «impotencia» que sigue sin entender la actitud de Pantoja, por la que ha «llorado mucho».
La exclusiva de Fran Rivera no tiene desperdicio. Vuelve al ataque contra Isabel Pantoja y de paso arrea a su hermano por lo que dijo en el Deluxe sobre su madre. “No se trata de perdonar, sino que todos tenemos un límite de perdones y oportunidades y el mío ya ha llegado».
Fran y Kiko, Kiko y Fran. Dos caras de una misma moneda que, aunque renieguen, volverá a resurgir cada vez que las circunstancias económicas lo requieran. Por más que se emperren, la batalla por el legado de Paquirri no ha terminado.
Herencia envenenada
La herencia del torero al que Avispado le quitó la vida en la plaza de Pozoblanco se repartió el 24 de septiembre de 1987, dos días antes del tercer aniversario de su muerte. Justo dos días antes de que expirara el plazo legal para zanjar lo relacionado con su legado. Para aquellos que hayan pasado tres décadas en la luna y hayan aterrizado hoy en plena movida familiar, cabe mencionar que, según lo acordado, los objetos personales (taurinos) debía repartirse entre sus tres hijos, pero a la muerte del torero todas sus pertenencias se encontraban en Cantora, bien custodiadas por la entonces viuda de España, Isabel Pantoja. La tonadillera jamás entregó a los hijos de Carmen Ordóñez lo que les correspondía. Indignada, la bella Carmina interpuso una demanda para reclamar lo que consideraba que, por derecho, le correspondía a sus hijos. A pesar de que la primera mujer de Paquirri ganó a la tonadillera en los Tribunales, los enseres en cuestión se esfumaron (tras un supuesto robo en Cantora) y nunca se entregaron a sus verdaderos dueños.
De aquellos polvos vienen estos lodos. Carmina se fue de este mundo sin ver los trajes de luces en las manos de sus retoños. Fran y Cayetano llevan 37 años esperando nada. Sufriendo por los trajes de luces y enseres taurinos de un padre al que le robó la vida una bestia de 480 kilos de capa negra. Ni monteras, ni corbatines, ni taleguillas, ni capotes, ni ná. Oficialmente, lo suyo cayó en manos de cuatreros de poca monta.
Así las cosas, todos y cada uno de los actores de este sainete ibérico han tirado de exclusiva para contar su versión de la trifulca. Casi 38 años de historias a medias en las que cada uno ha dado su versión de los hechos a cambio de suculentos cheques. Que si tú, que si yo, que si la madre los parió. Cada vez que a uno de los actores le ha interesado, o le ha hecho falta, ha sacado el estoque hurgando bien en la herida del otro. Eso sí, cuando ha encartado se han comportado como los hermanos más unidos de la historia de la fraternidad.
Isabel y Carmina
Este capítulo doloroso, que se supone cierra Fran Rivera mediante exclusiva del papel couché, lo abrió él mismo el pasado mes de marzo cuando desde Espejo Público comentó con inquina las imágenes de Isabel Pantoja en el juzgado, acusada de ser presunta cooperadora necesaria de un delito de insolvencia punible. La tonadillera tuvo que soportar un enjambre de periodistas que provocaron paseíllo insufrible. Abatida, también soportó los disparos de los fotógrafos en la sala. Al ver las imágenes Fran comentó desde el plató: “No me alegro del mal que le pase a nadie, pero tampoco me pongo triste. A las personas malas es normal que le pasen cosas malas y esta mujer no es buena. Esta mujer todo lo malo que le pase se lo merece». El primogénito de Paquirri se refería a la trifulca pública entre la tonadillera y su hijo (también por culpa de la herencia de Cantora). “No hay nada más triste para un padre o una madre que sus hijos lleguen a hablar públicamente lo que Kiko llegado a decir de ella. Si un hijo mío hace eso me muero de la pena y la tristeza. Eso sí que te den la razón así de esa manera siempre es agradable».
Los lamentos televisivos del benjamín respecto a su herencia y a la de sus hermanos alimentaron el rencor de Fran. Tan agradable le resultó el enfrentamiento madre-hijo que desde ese mismo instante el ex torero se arrimó a su hermano con la supuesta intención de recuperar los años perdidos. Tanto es así que los tres juntos viajaron a Barbate para dar una sorpresa a su tío Riverita, que entonces se encontraba muy enfermo y falleció a los pocos días. La foto del trío en el coche voló como la pólvora por las redes.
Lamentablemente, el amor fraternal no ha cuajado, tampoco ha servido para reclamar la herencia escondida. “Cuando no tienes nada en común no se puede forzar”, afirmaba Fran. “Lo mejor es dejarlo”. Sí, es lo mejor y no embestir contra la madre de tu hermano, también.
Las duras declaraciones de Fran sobre la Pantoja encolerizaron a su hermano homónimo que, desde su verborrea supuestamente alimentada por la lisergia, arremetió contra Carmina en su reaparición televisiva en el Deluxe. “Mi hermano puede tener muchas razones para hablar mal de mi madre, pero no me gusta. No era el momento. Si nos ponemos a hablar de madres… Aquí ninguno se queda corto. Vamos a dejar a las madres tranquilas, sino vamos a tener un problema de verdad, que tu madre tampoco ha sido un ejemplo para nada y eso lo sabe todo el mundo».
Parecía que la bronca se iba a quedar en agua de borrajas, sobre todo porque la periodista Paloma G. Pelayo, erigiéndose como vocal de Fran Rivera, afirmó en El programa de Ana Rosa que a los hermanos les habían espantado los comentarios de Kiko. Sin embargo, y a pesar de que les parecía «terrible» que el hijo de Pantoja atacara ahora a Carmina para justificar su distanciamiento de Fran, ambos tenían claro que no pensaban alimentar esta guerra “porque es lo más sensato y además no conduce a nada”.
Probablemente ella jugaba con información privilegiada, puesto que su cuñada, Sandra Aladro, es la directora de Gtres, la agencia de cabecera de Fran Rivera. Igual ya estaban negociando con la revista del saludo una suculenta portada en exclusiva con la reacción del ex torero. Una vez cobrada la entrevista, ahora primogénito de los Rivera pretende aparcarlo todo porque él ya está “en otra onda, con su familia y sus amigos”.
Si desafortunado fue el comentario de Kiko sobre Carmina, también lo fue el de Fran sobre la Pantoja. Si impresentable fue la participación en el Deluxe de Kiko, también lo es la supuesta defensa de Fran en el ¡Hola!, ambos previo paso por caja. Desgraciadamente, continuará.
Vía republica.com
