El 8 de abril, Día Internacional del Pueblo Gitano, es una buena ocasión para visibilizar a la comunidad gitana y exigir su «plena ciudadanía», según la declaración que se ha leído hoy al comienzo de la sesión plenaria.
A juicio de los cuatro grupos parlamentarios, es una fecha para el reconocimiento, pero también para el recuerdo de una historia, la del pueblo gitano, sembrada de peregrinajes, expulsiones, genocidios y tantas persecuciones a lo largo de su historia.
La población gitana es uno de los grupos de población que más ha sufrido la desigualdad, dice la declaración, que lo argumenta con varios datos.
Tres de cada cuatro personas gitanas se encuentran en situación de exclusión social; el 54 % de ellas en exclusión severa, lo que supone cinco veces más que el resto de la sociedad.
El abandono escolar temprano de la juventud gitana se sitúa en un 63,7 %, frente al 21,9 en el conjunto de la población en España.
El pueblo gitano encuentra mayores dificultades de acceso al empleo y esto tiene que ver no sólo con la capacitación, también con la discriminación, según la Asamblea de Extremadura
«Los poderes públicos somos los responsables y estamos obligados a promover todas las medidas que sean necesarias para reducir la desigualdad que afecta al pueblo gitano, con especial ahínco en la educación, por ser fundamental para la igualdad de oportunidades de las futuras generaciones», recoge el manifiesto.
Según el Parlamento extremeño, es una responsabilidad de todos avanzar en el camino para erradicar cualquier forma de discriminación, xenofobia o racismo; impulsar aquellas medidas que mejoren sus condiciones de vida; y proteger y fomentar su identidad y cultura.
Los diputados extremeños abogan por combatir la imagen social «negativa y estereotipada» de la comunidad gitana, visibilizando su pluralidad y la diversidad existente dentro de este pueblo.
Apelan también a la ética profesional de los medios de comunicación y solicitan la eliminación de programas e imágenes «estereotipadas y caricaturescas» que contribuyen a reforzar el rechazo conjunto de la sociedad y que no corresponden en absoluto con la realidad de la mayoría de las familias gitanas.