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Palomo Linares, por Javier de Montini

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JAVIER DE MONTINI. FACEBOOK. Chico de pueblo, nacido en Linares, Jaén, el 27/04/1947, hijo de minero, había aprendido el oficio de zapatero, pero metiéndose de maletilla (le decían «El Rata») en tentaderos y capeas se dio cuenta de que ahí estaba su vida: En la fiesta de los toros.

A mediados de los 60, de novillero, toreó en la plaza Vista Alegre, de Madrid. Una novillada importante de aspirantes a toreros. Fue pronto a más y el 19 de mayo de 1966 tomaría la alternativa en Valladolid con Jaime Ostos de padrino, alternativa que confirmaría en Las Ventas, Madrid, el 19 de mayo de 1970 con Curro Romero.

Con la popularidad de joven matador, su historia personal interesó a la gente del cine y el mismo año 1966 Palomo Linares rodaba su primera película «Nuevo en esta plaza», realizada por Pedro Lazaga. Una biografía del torero escrita por Vicente Coello y Pedro Masó en la que intervenían grandes actores como Julia Gutiérrez Caba, Bódalo y Landa. Después, en 1968, protagonizaría otra, «Solos los dos», con Marisol cantándole canciones escritas por Juan y Junior, producción de Manuel Goyanes y dirección de Luis Lucia.

Vivió su año de torero en 1969 cuando los Lozano (creo que Eduardo) que le apoderaban acordaron con Paco Ruiz, apoderado de Manuel Benítez «El Cordobés», montar el cartel Palomo Linares/ El Cordobés – «Los Guerrilleros»-y llevarlo por toda España: Fueron 65 corridas. Un hito de Palomo Linares en la historia de la tauromaquia: El rabo que cortó al toro «Cingarrón» en Las Ventas el 22/05/1972.

De su vida personal, me tocó vivir su largo noviazgo (8 años) con la bellísima modelo colombiana Marina Danko, siempre un encanto para los periodistas, con quien se casó en Los Jerónimos (Madrid) el 26/04/1977. Me abrió en varias ocasiones las puertas de «El Palomar», la casa que construyó para hogar en su finca de Aranjuez. Tres hijos: Sebastián, Miguel y Andrés.

El matrimonio feliz se rompió, ¡qué sorpresa me llevé!, en 2011. Tras el divorcio, Palomo viviría un idilio breve con Lilia López y desde 2014 se sentía «muy feliz», así lo pregonaba, al lado de la juez Concha Azuara.

Además de torero y ganadero, Sebastián Palomo era pintor. En «El Palomar» me enseñó sus primeros cuadros cuando la pintura era sólo un entretenimiento. Después, le cogió el gusto y en este reciente y último encuentro me invitó a su exposición «50 años de pintura, 1967-2017» en Boadilla del Monte. Una exposición que, con gran pesar, ya no llegó a inaugurar Sebastián Palomo Linares porque su corazón no aguantaba más.Tan averiado estaba que ni soportó la cirugía urgente y, en vísperas de cumplir los 70, se nos ha ido a la otra orilla en busca de la luz perpetua. ¡Con Dios, querido Palomo Linares!


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