Los Majarretes, histórico caserío de Valencia de Alcántara, celebrará desde el 18 al 20 de octubre las fiestas en honor a San Pedro de Alcántara, en cuyo convento el patrón de Extremadura, hizo el noviciado y tomó los hábitos de la orden Franciscana.
Con
motivo de la festividad, los vecinos del caserío, en colaboración con
asociaciones locales y el Ayuntamiento de Valencia de Alcántara organizan como
cada año un atractivo programa de actividades lúdicas y religiosas.
Comenzarán
este viernes con la tradicional Marcha Penitencial a San Pedro de Los
Majarretes, que tendrá su salida desde la Iglesia de San Antonio, en Valencia
de Alcántara, a partir de las 20:30 horas.
A
la llegada, bendición del Santo y Pregón a cargo de Doña María Teresa Fernández
Neila. Al finalizar: concierto del grupo “Aljama” y dulces típicos con
chocolate para todos los peregrinos.
El
19 de octubre, Día del Patrón, los actos se iniciarán con un disparo de cohetes
y morteros, seguido de la acogida de los peregrinos y romeros que lleguen al
Caserío para celebrar la Misa en honor a San Pedro de Alcántara, cantada por el
grupo “Ecos de la Campiña”, y la posterior procesión por la pedanía en compañía
de la Banda de Tambores “Los Castúos”.
Los
actos continuarán por la tarde con la subasta de ofrendas y las actuaciones del
Rancho Folklórico “Casa do Povo”, además de un Verbena Popular.
Como
novedad, el domingo 20 se va a realizar la ruta de senderismo “Las Huellas de
San Pedro”, que tendrá su salida a las 9 de la mañana desde el Parque de
España.
Los
festejos finalizarán con actividades lúdicas, bailes folklóricos del grupo
“Aldava” y verbena popular.
TRADICION HISTORICA
San
Pedro de los Majarretes es un caserío nacido a la sombra del pequeño convento
franciscano que hizo famoso el penitente extremeño San Pedro de Alcántara, por
ser allí donde el santo hizo el noviciado y tomó los hábitos de la Orden.
Se
conserva y es parroquia desde entonces, el templo del convento que tiene la
particularidad de contar con dos altares superpuestos que conservan una
reliquia (trocito de hueso) del religioso, y que, desde que en 1669 fuese
canonizado por el Papa Clemente IX, es objeto de culto por los vecinos de los
alrededores.