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La Fuga de la Diabla de Valverde de Leganés aúna este sábado magia y misterio

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Valverde de Leganés celebra este sábado la ‘Fuga de la Diabla’, «fiesta única y diferente» en el verano extremeño, que se mueve entre la tradición, la leyenda y el espectáculo, y que se recuperó en 2003 tras el parón sufrido desde los años 70 del pasado siglo.

[Img #38282]Ya van doce años, y desde entonces este evento se mantiene «ininterrumpidamente gracias al apoyo desinteresado» de todo el pueblo y la colaboración del ayuntamiento, la Diputación de Badajoz, el Gobierno de Extremadura y Aderco.

 

   Este evento aspira, con un sentido «lúdico-teatral», a convertirse en fiesta de interés turístico regional, con la invocación de «su carácter tradicional y exclusivo que aúna elementos mágicos y misteriosos como telón de fondo».

 

   Manuel Borrego ha señalado que «la auténtica protagonista de esta fiesta, la Diabla», ha estado durante todo el año encadenada a los pies de San Bartolomé, patrón del pueblo. En un momento dado huye de la torre de la iglesia, donde está prisionera, «con el único objetivo de atacar a lugareños y visitantes que se encuentran en su camino».

 

   La encapuchada «de rostro cadavérico, ayudada por otros seres malignos, intenta entrar en las casas de los vecinos», momento en el que se hacen «imprescindibles» las cruces de Caravaca o calabazas y sandías con una vela en su interior «para espantarla», según ha informado la Diputación de Badajoz en nota de prensa.

 

   Todo este ritual forma parte de una fiesta «muy antigua cuyo origen parece estar en los primeros años del siglo pasado» y aunque «por diversos motivos» la fiesta dejó de celebrarse en los años 70, en el verano del 2003 se volvió a retomar «con una gran afluencia de público» y desde entonces su expectación es tal, «que cada año atrae a miles de visitantes».

 

ORIGEN DEL FESTEJO

 

   Son varias las hipótesis que existen en torno al origen del festejo extremeño. Alguno lo atribuyen a una manera de celebrar la famosa ‘Matanza de San Bartolomé’, un triste episodio de la noche del 24 de agosto de 1572 protagonizado por el enfrentamiento entre católicos y protestantes calvinistas; otros, sin embargo, ven en esta fiesta la lucha entre el bien y el mal, entre San Bartolomé y el Diablo (o Diabla), con la victoria del Santo y el sometimiento del maligno.

 

   A las 00,00 horas de la noche de la fiesta de ‘La Diabla’, todo el pueblo se concentra a un lado de la iglesia, alrededor del fuego y en ese momento el personaje principal se escapa y comienza un recorrido frenético.

 

   Un recorrido por las calles de la localidad que culmina en la plaza principal, donde se queman unos muñecos de trapo llamados ‘Bartolos’ que simbolizan a los vecinos del pueblo. Seguidamente aparecerán en escena las fuerzas del bien, quienes capturarán a la Diabla y la encerrarán en el templo, de nuevo encadenada a los pies de San Bartolomé.


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