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¡ PUES ENGÁÑAME TÚ TAMBIÉN MAJADERO¡

OPINIÓN
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La opinión de Mariano Rajoy, criticando a Pedro Sánchez por su actitud ante las crecidas del Ebro, utilizando este asunto «para hacer política». «Aprovechar estas cosas para hacer política e, incluso, sobreactuar, sinceramente yo no puedo hacerlo ni debo hacerlo», ha cambiado, al ver que los datos  que aportaba, de la mejora de la economía general y del estado de bienestar, desde que él cogió el poder hasta la actualidad, sólo han convencido a los convencidos, y que lo que le llega a la gente son la apariencia y la presencia continuada de discursos, en los medios de comunicación. “Pues engáñame tú también” le decía en un cuento de  Juan Varela, (18241905) a su nuevo cocinero, “un Arzobispo tan austero y penitente, que ayunaba muy a menudo y casi siempre comía de vigilia, y más que pescado, semillas y yerbas. Su cocinero le solía preparar para la colación, un modesto potaje de habichuelas y de garbanzos, con el que se regalaba y deleitaba aquel venerable y herbívoro siervo de Dios, como si fuera con el plato más suculento, exquisito y costoso. Bien es verdad que el cocinero preparaba con tal habilidad los garbanzos y las habichuelas, que parecían, merced al refinado condimento, manjar de muy superior estimación y deleite.”

 

Pero tras una discusión con el mayordomo  este cocinero, fue despedido.

 

Pasaron muchos por los fogones episcopales, pero todos fueron despedidos, ya que ninguno hacía las verduras como el primero. Uno más listo que el resto, fue a pedirle, al antiguo, que le dijera,  cómo lo hacía. El resultado fue  tan bueno que solicitó su presencia el Prelado para felicitarle. Y este, tras agradecerle la deferencia, le dijo, a este, el secreto de tan sabroso guiso de verduras.

 

“-Excelentísimo señor: a pesar del profundísimo respeto que V. E. me inspira, me atrevo a decirle, porque lo creo de mi deber, que el antiguo cocinero lo estaba engañando y que no es justo que incurra yo en la misma falta. No hay en ese potaje garbanzos ni habichuelas. Es una falsificación. En ese potaje hay albondiguitas menudas hechas de jamón y pechugas de pollo, y hay riñoncitos de aves y trozos de criadillas de carnero. Ya ve V. E. que le engañaban.

 

El Arzobispo miró entonces de hito en hito al cocinero, con sonrisa entre enojada y burlona, y le dijo;

-¡Pues engáñame tú también, majadero!”

 

La población, no quiere hechos reales, no quiere saber que costará solucionar el problema del paro, y el partido que le ofrezca la situación real, tiene  todas las de perder.

 

-Hay que hacer política, les decía Rajoy, ante los resultados en Andalucía, a sus dirigentes.

 

Algo así, como si el Arzobispo toledano fuera la personalización del pueblo y no quisiera enterarse de la realidad, y ante ello, tras las quejas que expresa Rajoy, por los buenos resultados obtenidos, en las elecciones, por otros partidos, basadas en promesas que difícilmente concuerdan con la realidad,  le dijera.

 

-¡Pues engáñame tú también, majadero!”

 

Lo que se traduce en: ¡ Hay que hacer política¡

 

 


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