Digital Extremadura
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 Los mendigos no piden libros, los ladrones no roban libros, los alcohólicos no beben libros, los políticos no sueñan libros, los banqueros no pagan con libros. Las calles no se llaman como los libros, las aceras no dejan espacios para los libros, los juguetes de los niños no son los libros, el agua no soporta los libros, las ratas se comen a los libros. Solo las ratas comen palabras.

 

        La tarde, sin embargo, es un libro abierto; una sonrisa tiene mucho de libro, un beso son diez libros, por lo menos; un hijo es el libro de la vida, la esperanza es un libro con ganas de abrirse, la insolencia es un libro cerrado, la convivencia se parece a un libro, un abrazo lleva afecto de libro, el amor es todos los libros.

 

        Los libros no tienen precio alto, las librerías son templos, los escritores cuentan con nosotros para escribir sus libros, la noche es el mejor tiempo para dejar un libro en las manos; los sueños existen en los libros, la paz se diseña en los libros, el mundo se inventó con un libro, la libertad es un libro de todos los colores, los dioses existen en los libros; con un libro se puede viajar, la miseria también tiene libros de molde, mi madre es mi libro.

 

        No quiero llegar a otra conclusión que a los libros.


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