La belleza y el tipismo de la Judería Vieja de Cáceres, con sus calles estrechas, sus casas encaladas y luminosas y las flores en sus ventanas o balcones, sólo es comparable con la nobleza monumental de esta ciudad milenaria: todo un símbolo del arrimo que buscaron siempre las aljamas protectoras de los reyes o de los grandes señores. El recorrido desde la Judería Nueva, al otro lado de la Plaza Mayor, ofrece además la oportunidad de visitar, siguiendo las huellas medievales de sus vecinos hebreos, una buena parte de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. El Fuero de Cáceres de 1229, recoge la larga dominación musulmana de la ciudad denominada entonces Hizn Qazris en la que los hebreos mantuvieron una presencia relevante, en la sociedad cacereña.
Los judíos llegaron a España, junto con las legiones romanas y su presencia aumentó como resultado de la conquista de Judea y destrucción del Segundo Templo, que incluía el Muro de las Lamentaciones, a manos del general romano Tito en 70 d.C
Desde aquí, ciudad de Cáceres de tan rica historia, estas líneas quieren destacar el acto de justicia que ha hecho el Gobierno de España, con la Ley aprobada en junio de 2015, por la que se concede la nacionalidad española, por carta de naturaleza, a 4.302 ciudadanos sefardíes que han acreditado ser descendientes de los judíos que fueron expulsados en 1492 de España.
Es un acierto abrir las puertas a los descendientes de aquellos sefardíes que, ahora gracias a la ley aprobada por las Cortes, pueden optar a la nacionalidad española. A los que el Rey Felipe VI ha recibido y les ha dicho que la Ley aprobada,, representa «una nueva y definitiva apertura de las puertas de España a los hijos de Sefarad». «Con esta ley queremos expresaros que contamos con vosotros para caminar juntos, porque todos somos ciudadanos españoles», y agradeció solemnemente a los sefardíes, su lealtad y el hecho de haber guardado «como un preciado tesoro» la lengua que hablaban en el momento de la expulsión en 1492, «Quiero deciros que ya estáis de nuevo en vuestra propia casa, que ya habéis vuelto para siempre a vuestro hogar».
Es un acierto del Gobierno de España, proponer a las Cortes la ley de la concesión de la nacionalidad española a los sefardíes, por la que se facilita la obtención de Pasaporte español, y que a partir de su entrada en vigor el 1 de octubre de 2015, basta con un viaje que deberán hacer los interesados para lograr el pasaporte.
– En el acto solemne, en el Palacio Real y con el Rey Felipe VI como símbolo de esa vuelta a casa de los sefardíes, estuvo presente la culminación de una fecha histórica, promovida en la reforma de una ley que permitirá a todos los judíos de origen sefardí acogerse a la nacionalidad española sin las restricciones que existían en el pasado.
El presidente de la Federación de Comunidades Sefardíes, Isaac Querub en presencia del Rey Felipe VI, así se expresó: :«Hemos sido y siempre seremos embajadores de un país al que fuimos incapaces de dejar de amar».
En definitiva, la presente Ley pretende ser el punto de encuentro entre los españoles de hoy y los descendientes de quienes fueron injustamente expulsados a partir de 1492, y se justifica en la común determinación de construir juntos, frente a la intolerancia de tiempos pasados, un nuevo espacio de convivencia y concordia, que reabra para siempre a las comunidades expulsadas de España las puertas de su antiguo país, y ha sido un acierto.
