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LA FIESTA DE LOS TOROS EN CÁCERES

OPINIÓN
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De muy antiguo, casi tiempos inmemoriales. Podemos decir que la afición de los cacereños a los toros, se remonta a tiempos lejanos. Basta citar las ordenanzas de la Orden Militar. Nuestra Señora del Salor, en la que se establecía la obligación ya en el año l383 la víspera de Santa Maria de Septiembre, de celebrar fiesta de toros, y en l675 la Corporación Municipal tenia acordado dar toros en las festividades de San Jorge, el Corpus, San Juan, Santiago y  Nuestra Señora de Agosto. Sin embargo ahora, a excepción de San Jorge y San Fernando los aficionados de nuestra Ciudad, estamos ayuno desde hace unos años de cualquier clase de festejos taurinos. Hubo dos épocas  muy interesante, en Cáceres,  con bastantes   corridas de toros en la Era de los Mártires; la primera con Canorea como empresario, hace medio siglo y, la segunda con Luis Alviz. La autogestión por  parte del Ayuntamiento,   propietaria del coso es la mejor solución para los aficionados, si  queremos ver “toros” en nuestra Ciudad. Hay que tener  presente que la plaza de toros ha quedado obsoleta, pequeña e incómoda a pesar de ser de una gran belleza arquitectónica. Ahora estamos pasando una época de transición donde el factor principal  es la falta de aficionados a los distintos eventos que se nos ofrecen. No veo en los tendidos a los  jóvenes de l5 a 2O  años, que son aficionados en potencia y sus sostenedores después. Muy posibles factores sean: el futbol ,las discotecas y  los centros de bajas diversiones, donde toda incomodidad tiene sus asientos. Las principales causas  de la ausencia de estos jóvenes a los festejos taurinos esta  en el precio de las entradas, prohibitivo, intolerable e inaguantable para los bolsillos económicamente débiles.   La solución pasa por que el Excm. Ayuntamiento, propietario del coso, llevase a cabo la autogestión.

 

                                                      HAGAMOS UN POCO DE HISTORIA

 

    Instalada en nuestra ciudad la Audiencia Territorial, por el año l793, el regente de la misma formuló la petición al municipio, para dar tres corridas de toros, con cuyo producto se atendiese al ornato de la villa. Y es que “La trágica amistad tres veces milenaria, entre el  hombre español y el toro bravo, que diría el gran filósofo madrileño Ortega y Gasset. Encaja perfectamente en el alma del pueblo cacereño.

 

    El toreo como arte, participando de las dos artes clásicas: escultura y danza, se viene celebrando en nuestra ciudad desde hace varios siglos. Primero en la plaza de las Veletas. Más tarde la lidia se traslada a la Plaza Mayor, y actualmente terminada en l846, en el obsoleto coso cacereño, instalado en la llamada “Era de los Mártires”. Su importe total fue de 237,OO3 pesetas, ocupando una extensión de 4.O73 metros cuadrados y cuyo ruedo mide 45 metros de diámetro.   

   


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