HAMILTON ESTRENA SU CASILLERO TRAS UN ERROR GARRAFAL DE RED BULL.

Reconozco que la carrera de Mónaco no me gusta. Admito la tradición y la historia que tiene esta carrera y, además, creo que es necesaria en el calendario. Todo es distinto en el Principado. Pero es una carrera en la que no se puede adelantar, a no ser que te llames Alonso o Versttapen. Si no llueve, no hay ninguna emoción. Y llovió…

GRAN PREMIO DE MÓNACO.

CIRCUITO URBANO DE MONTECARLO.

Sí. En el momento de la salida llovía. Lo hacía sobre mojado ya que llevaba lloviendo un buen rato. La carrera se declara en agua,  lo que conllevaba a salir tras el coche de seguridad. Todos los pilotos montaban neumáticos de lluvia extrema.

Arranca el “safety” y fila india general. El más contento era Ricciardo ya que se aseguraba no perder el primer puesto, cosa fundamental en este circuito. Pero para de llover y la pista empieza a secarse. En la vuelta 5 ya se notaba el carril seco de la trazada. Los pilotos empiezan a decir por radio que el coche de seguridad no pintaba nada y lo retiran.

Se relanza la carrera y Versttapen comienza su remontada. Del último se sitúa el decimosegundo. Sainz iba sexto y Alonso octavo, debido a un error de Raikkonen que le hizo ganar una plaza. Todo consistía en ver quién era el valiente en montar los neumáticos intermedios con la pista húmeda. Antes, Rosberg le había cedido su segundo puesto a Hamilton por problemas de temperatura de frenos.

Entra Vettel. Bien Ferrari, aunque no tenía otra opción si quería hacer podio. Una vuelta después lo hacer Fernando Alonso. Bien McLaren. Los de delante tardan más, lógico. Al ver los tiempos que se hacían con intermedios comienza el baile en los garajes. La carrera iba a ser táctica. Alonso volaba con los intermedios. Esto iba a ser clave.

Ricciardo tenía mucha ventaja. Le daba tiempo a entrar, poner neumáticos mixtos y salir por delante de Hamilton que no lo había hecho. Entra el australiano y Red Bull realiza un cambio pésimo. Pierde muchísimo tiempo. No tenían las ruedas preparadas, horrible. No debe ocurrir algo así en un equipo puntero. Daniel sale por detrás de Lewis, pero el inglés tenía que entrar a cambiar sus neumáticos de lluvia. Pasan las vueltas y no lo hace. Empieza a quedar claro que Hamilton y Mercedes habían decidido esperar a que se secara del todo la pista y poner los lisos. Por esto no me gusta esta carrera. Ricciardo no podía adelantar a Hamilton cuando era mucho más rápido que él.

Debido a la táctica, Alonso iba quinto. Su tempranero cambio de ruedas le había hecho ganar el tiempo necesario para adelantar tres puestos. Por la misma razón Checo Pérez y su Force India estaban terceros. Perfecto el mejicano y su equipo.

Aquí abro un paréntesis para que entendáis que ocurrió luego. Para esta carrera Pirelli, el suministrador de neumáticos, había dispuesto neumáticos ultra blandos, blandos y medios, ya que en Mónaco no hay mucho desgaste. El quid de la cuestión iba a estar en la elección del tipo de neumáticos de seco.

Siguen transcurriendo las vueltas y Hamilton no entra para desesperación de Ricciardo. En Red Bull ya sabían, lo sabíamos todos, que tenían que volver a entrar a poner lisos y que iban segundos. Hamilton iba a ganar.

Por fin cambia Lewis y pone ultra blandos, sabedor que su Mercedes es más lento en este circuito que el Red Bull. ¿Llegaría al final con gomas tan blandas? Daba igual. Era su posibilidad de ganar. Se la jugó y le salió bien, toda vez que su equipo si hizo un cambio de libro.

A Carlos Sainz, otra vez, le hicieron un pit stop lentísimo lo que le llevó a ocupar la octava plaza. Alonso comandaba un tren con Rosberg y Hulckenberg tras él. Si es difícil adelantar a Fernando en condiciones normales ni que decir tiene en Mónaco. Rosberg ni lo intentó pero se confió tanto que el alemán de Force India le robó la cartera en la línea de meta. El de Mercedes sumó puntos en una carrera donde su coche no le ayudó nada.

Hubo un pequeño conato de lluvia al final pero que no afectó en absoluto al resultado. Ganó Hamilton con Ricciardo segundo y Pérez tercero. Vettel fue cuarto y Fernando quinto.

Acabó el espejismo de Mónaco. Vuelve la fórmula 1 de verdad donde Mercedes seguirá imponiendo su ley. Reconozco que, como parón a la normalidad, está bien, pero a mí me gustan las carreras en su versión tradicional. Así pues, me dispongo a ver las 500 millas de Indianápolis para que se me pase el “mono”.

CLASIFICACIÓN