Extremadura– El Defensor del Profesor atendió a 41 docentes extremeños durante el último año debido a conflictos en las aulas. Los problemas para impartir clases, el ciberacoso en redes sociales y las falsas acusaciones son algunas de las principales formas de violencia que enfrentan, a veces no solo por parte de los alumnos, sino también de las familias.
El número de agresiones a docentes está en aumento. Casi el 60% de los docentes que sufren esta violencia terminan con depresión. La coordinadora del Defensor del Profesor, Ana Bravo, advierte que “es una situación muy complicada que es muy difícil de manejar solo”. Por ello, el servicio ofrece ayuda psicológica y jurídica a los docentes afectados.
Sin embargo, la mayoría de los docentes se sienten abandonados por la administración y cuando llegan a este servicio, lo hacen con un alto nivel de ansiedad o depresión. Aunque ya son considerados como autoridad pública, los profesores se sienten frustrados ante una falta de respeto que a menudo queda impune.
El servicio solicita más apoyo de los poderes judiciales y de la propia administración, que, según ellos, asfixia a los docentes con tanta burocracia y cambios normativos.
