Digital Extremadura
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Gran Premio de Brasil de Formula 1, 2.017.

Circuito de Interlagos.

Extraña parrilla de salida con Ricciardo en posiciones traseras y Hamilton partiendo desde el pitlane, tras su accidente en la clasificación del sábado.

La pole la ocupaba Bottas seguido por los Ferrari de Vettel y Raikkonen. Los españoles estaban entre los diez primeros, con Alonso sexto y Sainz octavo.

Hay una cosa que no entiendo acerca de la formación de la parrilla en Interlagos. El primero sale por la derecha pero la primera curva es a izquierdas y está muy cerca. Es decir, si el segundo arranca bien, llegará en ventaja a la zona interior de esa curva y podrá pelear la primera posición. Y eso fue lo que ocurrió.

Se apaga el semáforo y Bottas no cierra el paso a Vettel. Ambos llegan en paralelo a la primera curva y Sebastian gana plaza al ir por dentro de la misma. Por ahí intentaron pasar a la vez Ricciardo, Ocon y Van Doorme que, como es lógico, chocaron. Ricciardo, tras trompear, consiguió salvar la situación pero el francés y el belga no. Coche de seguridad a pista y situación que beneficiaba al campeón Hamilton que ya no iba el último y, además, se situaba por delante del australiano de Red Bull, principal escollo en su remontada.

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Por delante, Fernando Alonso iba quinto tras jugarse los bigotes en las dos primeras curvas y Carlos Sainz circulaba undécimo.

El coche de seguridad se marcha en la vuelta seis y en la arrancada Massa hace valer su motor Mercedes 80 caballos más poderoso que el Honda de Alonso, adelantando al asturiano. Hamilton iba decimocuarto.

Lewis empieza a arrancar pegatinas a los coches de sus rivales. Se deshizo de los Sauber y un Toro Rosso en un abrir y cerrar de ojos. Llegó a la altura del Renault de Carlos Sainz y le pasó como un misil. Y es que, aunque Interlagos sea un circuito ratonero tiene muchísimo desnivel y el Mercedes es el bólido más poderoso de largo.

En la vuelta dieciocho de las setenta y una de las que constaba el gran premio, Lewis había adelantado a Hulkenberg, Alonso y Massa situándose en quinta posición. Espectacular.

Por delante, Vettel mantenía a Bottas a dos segundos y Kimi y Max aguantaban plácidamente sus puestos.

En el giro 29 Bottas intenta un adelantamiento estratégico cambiando neumáticos antes que Seb. El alemán se protege en la vuelta siguiente quedando todo igual. El coche es fundamental en la Fórmula 1 pero el piloto también. No corre igual el Mercedes de Hamilton que el de Bottas. Lewis había recortado mas de medio minuto a la cabeza de carrera. Buscaba el podio como un poseso. Le recortaba tiempo a Verstappen en todas las vueltas. Y si salía un nuevo coche de seguridad era candidato a la victoria.

A catorce vueltas del final, Hamilton alcanza a Verstappen y Alonso atrapa a Massa. El campeón contra el insolente holandés. Se presumía una batalla por todo lo alto. No fue así. Lewis adelantó a Max como un reactor a una avioneta. Iba directo a por Kimi Raikkonen.

Fernando no podía con Massa. Ni con DRS, ni con batería cargadas, ni con nada. Además, el español y el brasileño fueron cazados por Checo Pérez. Fernando peleaba entre dos coches con motor Mercedes. Fue una heroicidad que consiguiera acabar octavo. El McLaren es un gran bólido pero su motor es una auténtica castaña pilonga. Solo queda una carrera de sufrimiento hasta que llegue Renault.

Al motor francés todavía le queda distancia con Mercedes. En esta carrera llena de cuestas, Max hizo un insulso quinto puesto. Ricciardo entró en los puntos y Hulkenberg y Carlos Sainz hicieron una carrera discreta. Eso sí, cualquier cosa mejor que Honda.

Al final, Hamilton no pudo con Kimi y Vettel ganó porque es mejor que Bottas. Ferrari se dio el gusto de subir a sus dos pilotos al cajón tras perder el mundial. Pero Seb es peor que Lewis y los bólidos rojos no están al nivel de las flechas de plata.

Última estación: Abu Dhabi.

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